Los combates se extienden día a día en Kosovo
Los combates en el oeste de Kosovo entre fuerzas serbias e independentistas albaneses se han intensificado en los últimos días y continuaban ayer, según testimonios de refugiados que llegan a Albania y del propio Ministerio del Interior serbio, que da cuenta de que sus fuerzas han aniquilado un «importante grupo terrorista albanés». El Gobierno de Tirana, que pese a la situación no ha declarado el estado de alerta de sus precarias fuerzas armadas, anunció ayer que cambiará su política sobre la crisis si el Gobierno de Slobodan Milosevic no detiene el uso de la fuerza.
Las columnas de humo se elevaban ayer sobre los pueblos del oeste de Kosovo, de donde llegaba también el ruido de las detonaciones de la artillería serbia. Se veían desde Padesh, un pueblo de la frontera con Yugoslavia. Los carros y piezas de artillería pesada ocupaban Kamenica, cerca de Decani, que desde el viernes se ha convertido en teatro de una vasta opración de las fuerzas serbias contras los separatistas de Kosovo.Más de un millar de kosovares, la mayoría mujeres y niños, han llegado a pie a Albania por los pasos de montaña en los últimos días, huyendo de combates en los que según su testimonio los serbios están utilizando armamento pesado contra aldeas próximas a la frontera. La agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) está enviando ayuda a las localidades albanesas de Gegaj y Tropoje, en el extremo noroeste, adonde llega la mayoría de los que huyen. La policía serbia asegura haber dado muerte el domingo a «más de una decena de terroristas albaneses» en el occidente de Kosovo, en las aldeas de Vranovac, Istinic y Beleg.
El jefe de los albaneses de Kosovo, Ibrahim Rugova, que se entrevistó el lunes en Nueva York con el secretario general de la ONU, Kofi Annan, ha vuelto a pedir un despliegue militar «concreto» en la región serbia como único medio de congelar el conflicto. Mientras Rugova, que el viernes de la semana pasada recibió de Clinton la promesa de que Bosnia no se repetirá en Kosovo, manifestaba que sólo si se produce un alto el fuego podrán proseguir las conversaciones con el Gobierno serbio sobre el futuro de la provincia, su principal rival político, Adem Demaci, animaba ayer al Ejército de Liberación a «proseguir con firmeza y honor» su combate contra las fuerzas serbias. Desde que Rugova y Milosevic se entrevistaron el mes pasado en Belgrado bajo presión estadounidense, los dos bandos sólo se han encontrado en una ocasión. La próxima reunión está prevista el viernes.
Rusia, aliada de Belgrado, ha reiterado que se opone al uso de una fuerza internacional para resolver la crisis, pero su portavoz de Exteriores aseguró que Moscú «no escatima esfuerzos diplomáticos» para controlar la situación.
El portavoz de ACNUR en Ginebra, Chris Janowski, dijo ayer que «parece que hay una fuerte ofensiva militar serbia que en teoría está dirigida contra las guerrillas pero cuyas víctimas fundamentales son civiles. Albania ha reconocido hasta ahora la llegada de 2.000 re fugiados procedentes de Kosovo. Su primer ministro, el socialista Fatos Nano, consideró ayer imprescindible que las potencias occidentales ejerzan más presión sobre Milosevic.
Tirana apoya la autonomía de la provincia sureña serbia de abrumadora mayoría albanesa, no su independencia, y no mantiene contactos con el Ejército de Liberación de Kosovo, la organización armada independentista. «Pero en Kosovo la gente acude a las armas en legítima defensa y su organización en estructuras es una realidad que no puede ser ignorada», dijo Nano, quien acusó a las tropas de Milosevic de estar llevando a cabo un deliberado programa de «limpieza étnica» en la región.
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