Cerco a los testigos

En los últimos meses, el Gobierno mexicano no ha parado de levantar muros y cerrar puertas a la observación internacional. Las ONG ven en ello un intento de "eliminar testigos de lo que ocurre en Chiapas", pero las autoridades mexicanas se defienden de estas acusaciones alegando que la mayoría de extranjeros que visitan el pequeño Estado "provocan incidentes y entorpecen una solución negociada al conflicto". Un decreto gubernamental aprobado recientemente limitará todavía más la presencia de observadores extranjeros. Sólo podrán permanecer en Chiapas durante 10 días, deberán ir solos o en grupos de un máximo de 10 personas y deberán comunicar al Gobierno con quién se van a a entrevistar. Estas medidas no asustan al medio centenar de catalanes que, según las ONG, ya han anunciado que van a desplazarse este verano a Chiapas. Iñaki García explica que entrarán en el país en calidad de turistas, pero su verdadera misión es la cooperación y la observación. "No van allí engañados, sino que saben que pueden ser expulsados en cualquier momento, pero asumen este riesgo", señala el miembro del Col.lectiu de Solidaritat amb la Rebel.lió Zapatista. Entre las últimas expulsiones decretadas por el Gobierno mexicano destaca la de una delegación italiana formada por unas 200 personas, a las que se negó el estatuto de observador. El Ministerio de Exteriores justificó la deportación alegando que Chiapas "no puede convertirse en una tierra de aventura".