La filósofa italiana Luisa Muraro investiga una herejía feminista
Luisa Muraro (Vicenza, 1940), profesora de Filosofía de la Universidad de Verona, cofundadora del colectivo feminista Librería de Mujeres de Milán, ha realizado una reconstrucción histórica de la herejía guillermita. Guillerma y Maifreda (editorial Omega) es el fruto de su investigación, "una historia verdadera que esconde un misterio", dice Muraro, invitada por el Instituto Andaluz de la Mujer para inaugurar el Centro de Documentación María Zambrano, en Sevilla.
Milán, año 1300. En la hoguera arden, entre otros, los cuerpos de dos mujeres: el cádaver de Guillerma de Bohemia, desenterrado de la abadía de Santa María de Claraval, donde era venerada como una santa, y el cuerpo vivo de Maifreda da Pirovano, prima del señor de la ciudad, Matteo Visconti, y líder de una secta que veía en Guillerma la encarnación femenina del Espíritu Santo. A partir de las actas del proceso del Tribunal de la Inquisición que condenó a la secta, guardadas en la Biblioteca Ambrosiana de Milán, y de la escasa bibliografía existente, la profesora ha redescubierto la historia. "Hasta el siglo XVII en que se descubrieron las actas inquisitoriales circulaba una leyenda negra en torno a Guillerma, e incluso después ha seguido envuelta en un hálito de extrañeza", afirma la autora. "Sus devotos creían que resucitaría, consideraban que era la encarnación femenina de Dios que vino a completar la obra de la redención, pero sin crucifixión, porque Cristo no había salvado a toda la humanidad: faltaban los musulmanes y los judíos. Por eso vino una mujer, para obrar una salvación sin exclusión y sin sacrificio", explica. Fundaron una iglesia y nombraron una vicaria en la tierra, con la misma dignidad que el Papa de Roma. Una papisa: Maifreda da Pirovano. Durante casi 20 años, Maifreda dirige esta iglesia, administrando sacramentos e impartiendo misa, hasta que el Santo Oficio pone fin a tanto feminismo hereje con un procedimiento expeditivo clásico: la hoguera. Luisa Muraro dice: "El feminismo radical es una herejía de la modernidad, porque va más allá de la igualdad. La filosofía de la igualdad es un esquema limitado que inspira un sentimiento de confrontación paritaria. Hay que ir más allá para liberar las relaciones y poder admirar a todas las Guillermas y Maifredas".
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