«Me han pitado los de siempre», señala Canales
Cuando Canales Rivera saludaba desde el tercio, agradeciendo la ovación que el público le dedicaba después de matar a su primer toro, se oyeron algunos pitos. Al torero de Barbate no le ha parecido extraño porque «esos siempre pitan. Incluso han intentado con sus protestas que Javier Vázquez no diera la vuelta al ruedo que se había merecido».
Canales Rivera, que no se considera acreedor de los pitos que algunos le han enviado, se muestra satisfecho de su actuación. «Aunque no pueda decirse que he tenido un triunfo, creo sinceramente que debo estar contento. Me parece que estoy mejorando como torero. No creo estar maduro todavía, ni mucho menos, porque esto es muy largo y apenas llevo dos años de alternativa, pero creo que, poco a poco, iré cuajando».
Por lo que se refiere a su labor frente a sus dos samueles, el diestro opina que su primer enemigo «no repetía la embestida y no me dejaba colocarme. Además, no se le podía bajar la mano porque tenía poca fuerza. Había que estar bien colocado y sacarle los pases, aunque fuera uno a uno».
Dice el torero que «al final de la faena lo he llevado bien con la derecha y creo que lo he matado bien. Y mi segundo toro calamocheaba y quería coger algo. Unas veces la muleta y otras a mí», dice con sorna. «Y opino también que le he sacado los muletazos que tenía».
Igual que su compañero, Javier Vázquez se ufana de haber entendido a los toros que le han correspondido. «Mi segundo toro era un ejemplar de trapío antiguo y que, aunque se desplazaba, cabeceaba mucho. Era preciso darle la distancia adecuada y entenderlo. Me parece que supe hacerlo».
Javier no pudo matar ese toro como le hubiera gustado. Y lo explica «porque la primera vez que entré a matar pinché en hueso y por la fuerza del pinchazo le hice mucho daño al toro. Por eso se echó después de mi segundo pinchazo, al que también entré con ganas. Creo que casi lo he matado con los pinchazos». Y el primer morlaco de su lote «era un toro descastado, que sólo miraba y topaba».
El Tato cree que ha intentado hacer las cosas bien, aunque no haya conseguido brillantes resultados. «El toro de Manuela Agustina iba con la cara alta, cabeceaba mucho y gazapeaba. Ademas, me molestaba el viento».
El cuarto toro tampoco estuvo exento de problemas. «Manseó de salida y después, en la muleta, salía de los pases con la cara alta. Ese defecto era difícil de corregir, porque no se le podía bajar la mano. Por todo eso, fue imposible ligar la faena».
LA CORRIDA DE HOY
Plaza de Las Ventas.
25ª corrida de abono.
Toros de Adolfo Martín Andrés, de la finca Los Alijares, en Escurial (Cáceres); divisa verde y roja. Inscrita en la Asociación de Ganaderías de Lidia.
Matadores: Fundi, Miguel Rodríguez y Oscar Higares.
A las siete de la tarde.
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