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La prohibición de fumar en lugares públicos se incumple sistemáticamente sin que haya sanción

El número de fumadores se reduce en Euskadi cada año, en todos los tramos de edad y en ambos sexos, según aseguró ayer el secretario de Drogodependencias, Javier Ruiz. Ese descenso llega a un 15% en los últimos 17 años. El porcentaje más alto de abandonos se da después de los 40 años. Las chicas de entre 12 y 18 se incorporan en mayor número que los varones de su edad al consumo. Sin embargo, un informe de la revista Consumer demuestra que la prohibición de fumar en lugares públicos se incumple en casi la mitad de los casos sin que se apliquen sanciones.

Los fumadores parecen poco dispuestos a aceptar la disciplina de las normas que desde 1988 prohiben fumar en transportes colectivos, centros sanitarios y docentes y zonas de atención al público de los establecimientos de la Administración. Un estudio realizado por la revista de Eroski Consumer en 131 lugares donde está prohibido el consumo de tabaco revela que en la mitad de ellos se fuma de todos modos. El caso más escandaloso es el de los hospitales: en un 70% de los centros se consume tabaco en ellos. Sólo en el Virgen del Pilar de San Sebastián no lo hacían ni usuarios ni personal. En la totalidad de las sedes de ayuntamientos, diputaciones, Gobierno vasco, aeropuertos y estaciones de tren se incumple la prohibición. En uno de cada tres casos son los propios empleados quienes se saltan la norma y su esfuerzo por hacerla cumplir a los usuarios es también escaso. La ausencia de cualquier acción sancionadora alguna facilita que se haga caso omiso a la señalización, que en ocasiones también falta allí donde debería existir. El estudio se realizó entre el 30 de marzo y el 3 de abril pasados. Por dos veces, y en horas punta de los servicios, los observadores permanecieron 45 minutos en 19 lugares de cada territorio, incluida Navarra. El informe también se extiende a Burgos, La Rioja y Cantabria. También en gasolineras Hospitales, estaciones, aeropuertos, ayuntamientos, universidades, institutos y bibliotecas públicos, oficinas de diputaciones, gobiernos autonómicos, Inem y turismo, museos provinciales, gasolineras y autobuses urbanos fueron los lugares sometidos a control. Aunque los tres últimos son los espacios más respetados, incluso en un 7% de las gasolineras había usuarios o empleados fumando, lo mismo que se detectó en dos conductores de autobús urbano, aunque ningún viajero. Álava resulta ser el lugar donde menos se respeta la ley. Mientras la media de incumplimiento se sitúa en un 43%, en ese territorio se eleva hasta casi el 60%. El estudio resalta que se fumaba en 11 de los 14 hospitales visitados. En uno de Bilbao faltaba incluso la señalización preceptiva, que suele también brillar por su ausencia en estaciones de autobuses y oficinas de Turismo. De los 131 espacios observados, sólo en dos -ambos eran universidades- se ofrecían zonas específicas a los fumadores, con lo cual éstos encuentran más difícil abstenerse de fumar en los espacios comunes. Por su parte, el secretario de Drogodependencias del Gobierno, Javier Ruiz, se mostró optimista por los resultados que arrojan las cifras que su servicio maneja sobre el consumo de tabaco. Descenso sostenido Aunque el descenso es lento, es también sostenido y extensivo: se da en todas las edades y tanto en mujeres como en hombres. Ruiz presentó estos datos, junto con la evaluación de resultados de un programa de prevención del tabaquismo desarrollado en 100 centros de Educación Secundaria Obligatoria, que ha llegado a más de 13.000 escolares. Ruiz citó como esperanzador el dato de que en el tramo de edad entre los 15 y los 24 años fuman este año casi un 11% menos de personas que en 1992: un 33%, frente al 44% de hace seis años. Sus cifras indican que también las mujeres han bajado el pistón: fuman un 26%, frente al 32% que lo hacían en 1992. El Departamento de Sanidad tiene datos diferentes, que elevan este porcentaje hasta el 29% y no contemplan esa tendencia a la baja, sino al revés, sobre todos entre las jóvenes. En la adolescencia, un 40% de las chicas fuman, frente al 34% de los varones. Incidir con las campañas en esa edad del inicio al hábito es el reto que Javier Ruiz apuntó para el futuro inmediato, dada la dificultad de su abandono una vez adquirido y los largos años que se permanece en él: es sobre todo después de los 40, edad en la que fuma el 52%, cuando más personas se deciden a dejarlo.

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