La crispación empaña la víspera electoral en Ecuador

La que se preveía como la campaña menos agresiva de la reciente historia electoral de Ecuador cambió radicalmente de tono en la recta final, con las acusaciones de vinculación con el narcotráfico entre los dos principales candidatos a la presidencia de la República.La campaña electoral que se cerró la noche del jueves ha dejado en el electorado que acudirá mañana a las urnas la sospecha de que el tráfico de drogas ha podido infiltrar a las más altas esferas del Estado. El candidato del Partido Roldosista, Álvaro Noboa, correligionario del presidente destituido por enajenación mental, Abdalá Bucaram, desencadenó la guerra al acusar al candidato de la Democracia Popular (DP) y alcalde de Quito, Jamil Mahuad, (líder en las encuestas) de haber recibido dinero del narcotráfico a través de su hermano, Jorge Eduardo Mahuad, que es el tesorero-gerente de la campaña electoral de la DP.

Noboa hizo la denuncia a bombo y platillo ante las cámaras de televisión. Su mentor político, Bucaram, fue más lejos y desde su exilio en Panamá aseguró que la campaña de Mahuad se ha financiado con fondos del cartel colombiano de Cali. No se han presentado pruebas al respecto.

Mahuad guardó silencio en un principio, pero al comprobar el impacto que las declaraciones de Noboa tuvieron en la opinión público aprovechó el último día de campaña para recordar que la empresa bananera de Noboa compró durante años la producción del conocido narcotraficante Juan Reyes Cueva, y que en algunos de sus barcos se halló droga. El candidato de la DC anunció la presentación de una querella contra Noboa ante la Corte Suprema de Justicia el día después de las elecciones presidenciales.

Las supuestas vinculaciones con el narcotráfico serán, inesperadamente, el tema sobre el que deberán reflexionar muchos ecuatorianos la víspera de la jornada electoral tras 45 días de campaña. Los comicios pillan al electorado cansado de acudir a las urnas -cuatro veces en los dos últimos años- a raíz del breve mandato del loco Bucaram, destituido por el Congreso en febrero de 1997, que dio paso a una de las peores crisis de la historia ecuatoriana, en la que se produjeron situaciones tan grotescas como la proclamación simultánea de tres presidentes. Las previsiones señalan una abstención superior al 40%.