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Marcelino Oreja pide que el liberalismo no quiebre la solidaridad europea

"Estamos en plena etapa de liberalización y desregulación, que pueden ser positivas, pero tenemos que salvaguardar el modelo europeo de solidaridad". El comisario de Relaciones Institucionales de la Unión Europea, Marcelino Oreja, hizo gala ayer en Valencia de su talante democristiano al propugnar que se conjuguen el liberalismo y las políticas sociales. Oreja pidió que se respeten las culturas marginales para acabar con la exclusión de estos grupos.

El comisario europeo visitó ayer a mediodía el III Aplec del Voluntariat de la Comunitat Valenciana, que congregó en el Jardín del Turia a más de 2.000 personas de un centenar de organizaciones no gubernamentales (ONG). Previamente, Marcelino Oreja participó en la mesa redonda Encuentros europeos, cultura de la solidaridad en el Centro Cultural Bancaixa. Allí explicó sus ideas sobre la solidaridad y la lucha contra la exclusión social. A la clásica división social entre ricos y pobres se ha sumado recientemente, en opinión del comisario europeo, la separación entre los incluidos y los excluidos de la comunidad. En las grandes ciudades europeas, la nueva jerarquía se plasma urbanísticamente en la conversión de barrios enteros en "guetos de marginación" y habitados por miles de personas excluidas por la sociedad que viven en las más precarias condiciones, según esbozó Oreja. "El pobre puede mejorar sus ingresos y dejar de serlo", formuló, "pero la exclusión es irreversible y no admite grados: estás dentro o estás fuera". Para el comisario, lo "trágico" de estas personas marginadas es la "sensación de abandono, de sentirse fuera de la sociedad". A pesar del "milagro económico" de los últimos años, reconoció que "se han agravado" los problemas sociales. Para remediar esta situación, el comisario afirma que la Unión Europea ha decidido "ir más lejos de lo que se ha hecho hasta ahora" con su proyecto de cultura de la solidaridad. En concreto, se trata de pasar de "la visión negativa" de la exclusión a presentar proyectos, proponer acciones concretas y establecer unos medios y unas prácticas para combatir la marginación. Estado del bienestar Como ejemplo citó la nueva ley francesa contra la exclusión y el trabajo que llevan a cabo las ONG europeas. Oreja recordó que el modelo europeo propugna que "todos los miembros de la comunidad son interdependientes entre sí y pueden realizarse dentro de la sociedad". Para ello, el comisario hizo un alegato a favor del Estado del Bienestar. Defendió que todas las personas deben tener acceso por igual a los servicios y los bienes mínimos para garantizar unas condiciones de vida digna. No se trata sólo de facilitar la igualdad de los excluidos en temas económicos, políticos o sociales. Oreja subrayó el papel de la cultura para combatir la marginación. "Las culturas llamadas marginales tienen tanta legitimidad como las otras, hay que respetar la cultura de los excluidos en vez de imponerles la cultura oficial", sentenció.

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