El nuevo presidente causa la alarma del FMI
La vicepresidencia en Indonesia siempre ha sido un cargo honorífico. Yusuf Habibie, de 61 años (que fue ministro de Investigación y Tecnología), era sólo el último de la serie de vicepresidentes de Suharto. El hoy ex presidente, con el tiempo, ha tendido a concentrar su confianza en amigos y socios económicos. Habibie nunca ha tenido peso político. Carece de estructuras partidarias. Es un tecnócrata visionario, empeñado en costosos megaproyectos que han contribuido a hundir la economía del país. Sus planes inversores fueron los más criticados por el plan económico de choque ideado por el FMI.
Habibie ha estado 25 años a la vera de Suharto, que lo adoptó como un hijo al quedar huérfano a los 13 años. Sus caminos se cruzan cuando el joven militar Suharto está en campaña en el sur de Sulawesi (Célebes) con la misión de acabar con una revuelta. Al lado de donde acampaba el joven oficial con sus tropas, vivía una familia en la que la madre era de Yogyakarta, zona natal del militar .La relación de Suharto con los Habibie se hizo muy estrecha, tanto, que el comandante estaba presente cuando falleció el cabeza de familia: en ese momento adoptó al huérfano Yusuf. El niño era un cerebrito y fue becado para estudiar ingeniería aeronáutica en Aquisgrán (Alemania), donde, una vez concluidos sus estudios, hizo meteórica carrera hasta llegar a una de las vicepresidencias del grupo Messerschmitt Bölkow Blohm (MBB), de donde le reclamó en 1974 Suharto para hacerle ministro de Investigación y Tecnología cuatro años después.
Suharto estaba embelesado con Habibie. En su libro escribe el autodenominado Padre del Desarrollo: «Habibie siempre me pedía consejo. No es un hombre que crea que lo sabe todo. Cuando me informa, se pasa horas conmigo porque quiere entender lo que pienso de los asuntos que me presenta. (...) Me considera como un padre». Hace unos meses, en una visita de Suharto al príncipe Norodom Sihanuk, el ahora dimisionario se pasó toda una velada cantando las excelencias de su prohijado y el increíble ojo para los negocios de sus hijos.
Habibie ha mantenido a lo largo de los años el principio de que la vía más corta hacia el desarrollo pasa por la alta tecnología y no ha escatimado recursos financieros para probarlo, siempre con la complacencia presidencial. Miles de millones, de los que entonces había a espuertas en Indonesia, fueron arrojados al pozo sin fondo de 10 grandes empresas públicas en sectores estratégicos como la aviación -donde asoció la indonesia IPTN con la española CASA-, los astilleros o las acererías, con cuentas de resultados siempre dudosas.
Y es que las finanzas nunca han sido el fuerte del nuevo presidente, cuyas teorías van contra el catón de la economía. En enero, la especulación de que iba a ser vicepresidente el hombre que mantenía la tesis de que los altos intereses desatan la inflación hundió aún más a la sufrida rupia. También se habló entonces de la aversión que suscitaba en los cuarteles el ministro manirroto y de cómo la Marina en particular le aborrecía por haber comprado toda la flota de la extinta RDA, barcos antiguos y de aguas frías que costó una fortuna modernizar, mucho más que unos buques nuevos.
El Ejército acabó aprobando en marzo la candidatura vicepresidencial que deseaba Suharto, en buena medida por la cordial relación con el general Wiranto, quien ayer le ofreció el apoyo de las Fuerzas Armadas.
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