El Gobierno palestino liberará a unos 300 colaboradores y espías de Israel
Cerca de trescientos colaboradores y espías palestinos que trabajaron en favor de Israel serán liberados por el Gobierno de Yasir Arafat que así trata de cerrar uno de los capítulos más dolorosos y oscuros de una historia cuyos últimos protagonistas mantiene celosamente custodiados en sus prisiones. La excarcelación de estos detenidos fue anunciada por el ministro de Justicia palestino, Freih Abu Meddein, en el transcurso de una entrevista mantenida en Gaza con EL PAÍS.
La liberación afectará, en una primera fase, al 85% de los casi trescientos detenidos, algunos de los cuales se encuentran desde hace más de tres años recluidos sin ningún tipo de cargo ni acusación en la más importante cárcel civil de Gaza, en un departamento especial, separado de los presos políticos y de los delincuentes comunes.La decisión del Gobierno palestino de liberar a estos detenidos se ha adoptado tras haber desempeñado el propio Ejecutivo una delicada labor de mediación entre los presos y los familiares de los ciudadanos palestinos que podrían sentirse perjudicados directamente por las actividades policiales e informativas que en su día realizaron estos ex colaboradores del Gobierno de Israel, en un intento de evitar cualquier tipo de venganza .
«El tema ha sido muy delicado y complejo. Ciertos reclusos son responsables directos o indirectos de la muerte de algunos de sus conciudadanos, y esto nos hacía temer una venganza popular», ha asegurado el ministro de Justicia, Freih Abu Meddein, uno de los más fieles colaboradores del presidente Yasir Arafat.
La libertad y la impunidad de los colaboradores e informadores palestinos con el Gobierno de Tel Aviv fueron pactadas por representantes de Israel y palestinos en mayo de 1994, en el marco de los acuerdos de El Cairo, y posteriormente ratificadas en 1995 en las reuniones celebradas en Oslo y Taba.
«Pero, a pesar de estos pactos formales, nosotros, el Gobierno palestino, decidimos ingresarlos y mantenerlos en prisión, protegiéndoles de esta manera de las iras populares», añade el ministro de Justicia palestino, aludiendo a aquella oleada de matanzas incontroladas que se llevó a término en los territorios, a partir del 29 marzo de 1988, cuando el Comando Unificado Nacional (UNC) ofreció, con escaso éxito, el perdón a todos los colaboradores israelíes.
Más de un millar de palestinos, acusados de haber colaborado con el Ejército iraelí, han sido asesinados o ejecutados sumariamente en los territorios autónomos durante los últimos años por sus propios conciudadanos, según aseguran estudios efectuados por el Ministerio de Defensa de Israel, que confirma a su vez estadísticas elaboradas por las asociaciones de defensa de los derechos humanos.
«Las cosas han cambiado en los territorios autónomos. No creo que nadie atente contra ellos. Las familias de los delatores y colaboradores, que en algún momento tuvieron problemas con sus conciudadanos o vecinos, viven ahora normalmente sin ningún tipo de presión», asegura el abogado y jurista Raji Sourani, responsable de Centro de los Derechos Humanos Palestinos, una de las organizaciones de defensa de las libertades más activas y prestigiosas en los territorios.
Las huellas de los colaboracionistas con el Gobierno de Israel -hasta 90.000, según algunos estudiosos- permanecen sin embargo aún frescas en la historia de la nueva Palestina. Hace pocas semanas , en el municipio Khan Yunis, en Gaza -197.142 habitantes-, a raíz de las reclamaciones planteadas por numerosas familias al Consistorio pidiendo la devolución de las tierras que un día les fueron arrebatadas por las autoridades militares israelíes como represalia por su participación en la Intifada, se ha descubierto que algunas de estas fincas estaban en poder de los ex colaboradores de los ocupantes, que las recibieron de Israel como pago a sus servicios.
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