Los rumores de Yeltsin crean el caos en la cumbre de Birmingham

A las 9.41 de ayer, el presidente ruso, Borís Yeltsin, informaba a los otros siete jefes de Estado y de Gobierno reunidos en Birmingham que, según sus servicios secretos, Pakistán acababa de efectuar una prueba nuclear. La noticia no se confirmó, pero su explosivo anuncio provocó «el caos en la cumbre» del Grupo de los Ocho (G-8), según la expresión de un diplomático canadiense, y reabrió viejas heridas sobre la firmeza de la condena contra India por sus recientes pruebas atómicas.Ryutaro Hashimoto y Helmut Kohl, jefes de Gobierno de Japón y de Alemania, respectivamente, se creyeron casi a pies juntillas el anuncio de Yeltsin. «Hay informaciones esta mañana de que Pakistán también ha procedido a una explosión», afirmó el canciller Kohl ante la prensa.

Tuvo que intervenir el presidente norteamericano, Bill Clinton, para aclarar las cosas. «Según las informaciones de las que disponemos, no se ha producido todavía (la prueba nuclear paquistaní)», declaró, tras ponerse en contacto con la Agencia Nacional de Seguridad en Washington. «El Gobierno paquistaní lo está debatiendo (...) y sigo confiando en que (...) no llegará a hacerlo», añadió.

Clinton vaticinó un futuro negro en Asia: «La cuestión no es que India se convierta en una potencia nuclear y que Pakistán siga su ejemplo, sino que después China brinde su apoyo a Pakistán colocando tropas en su frontera con India y, al final, que Rusia intervenga y recree, en un contexto diferente, los conflictos de la guerra fría».