La Universidad de Sevilla entregó el "honoris causa" a la viuda de Alarcos

La viuda del académico Emilio Alarcos (1922-1996) recordó en Sevilla la figura y categoría intelectual y humana de su marido poco antes de recoger el doctorado honoris causa que le otorgó la Universidad Hispalense. Josefina Martínez leyó el discurso de investidura que el catedrático preparó antes de su muerte, que le sorprendió en su domicilio de Oviedo como consecuencia de un infarto de miocardio. En el texto, que lleva por título Amos, servidores y rebeldes de la lengua, Alarcos explicaba que se es amo de la lengua "por herencia" pero para que siga cumpliendo su misión es necesario que los hombres sean "sus rendidos servidores". Él, que fue dueño como pocos del lenguaje, recordaba en su discurso que no llegó a leer, que tanto los españoles como los millones de hispanohablantes al otro lado del océano, deben ser servidores del español. Alarcos fue investido doctor honoris causa por la Universidad de Salamanca en 1989 y un año después recibió la misma distinción en Valladolid. El mismo día de su muerte la Universidad de el País Vasco le concedió el mismo título. En el homenaje de la Hispalense, el rector, Miguel Florencio Lora, tuvo palabras de admiración hacia la obra de Emilio Alarcos al que definió como "una pieza fundamental para los estudios lingüísticos". La ausencia del académico convirtió el acto, en palabras de Josefina Martínez, en algo especial a la vez que agridulce.