Juan Cruz transforma su infancia en literatura en "La foto de los suecos"
«Es un ejercicio de memoria», explica el escritor y editor
Ha querido volver a un tiempo en el que fue feliz. Juan Cruz (Puerto de la Cruz, Tenerife, 1948) se encerró el pasado verano en la isla donde nació para tratar de rescatar lo que fue su vida hasta que ingresó en la escuela para estudiar primero de bachillerato. El resultado de ese ejercicio de memoria es La foto de los suecos (Espasa), una novela autobiográfica «escrita sin pudor alguno», según el director de Alfaguara y Taurus.
Juan Cruz, director de comunicación y coordinación editorial del Grupo Santillana, invirtió ayer los términos para convertirse en presentador de un libro propio. Venía el escritor y periodista de enterrar a una amiga con «la vanidad por los suelos». La muerte, que todo lo trivializa, estuvo en el ambiente en la presentación de la novela y en la vida del niño que fue Juanillo, como le conocían sus familiares. «Crecí rodeado de miedo, mi madre temía que el asma acabara con mi vida como acabó con la de mi prima, y eso me produjo una enorme soledad», dijo el autor de Crónica de la nada hecha pedazos .La foto de los suecos, a la que su autor define como un ejercicio de memoria, es una novela sobre la búsqueda de la amistad, la protección de la madre y los primeros temblores del sexo. El autor decidió ser lo más impúdico posible y lo menos egocéntrico posible. Todo lo que sale en el libro «sucedió de veras», hay muy poca ficción en las casi 300 páginas.
«Me mantenían en casa como si el tiempo que me restaba fuera de cristal», asegura el escritor en La foto de los suecos . Como muchos niños enfermos, Cruz recurrió a todo tipo de trucos para conseguir que sus amigos fueran a visitarle a la cama donde permaneció postrado durante años. «Por eso ahora vivo tan pendiente de los demás y me rodeo constantemente de gente», aclara el escritor, convencido de que cuando uno hace prospecciones en la infancia lo que se revela es la crueldad de los niños, especialmente con los que tienen algo que les hace diferentes.
Sin rencor
Juan Cruz ha sabido sacarle partido a su infancia. A aquel tiempo cuando el alcalde fascista de Tenerife se negó a concederle una beca porque no recibía a pordioseros, la época de la negativa de sus padrinos a aceptar los zapatos del ahijado para esperar la llegada de los Reyes Magos y los años en que se sentía como si fuera invisible porque nadie reparaba en él. «Todo ese desgarro no te deja ningún rencor. La vida se explica mejor a través de sus carencias».La foto de los suecos -una vieja foto familiar, que se ha utilizado como portada del libro, en la que se ve al autor acompañado de sus padres, sus hermanos y dos niños suecos- podría ser la foto de su vida. Años más tarde, con ocasión de la visita que realizó a Estocolmo para cubrir como redactor de EL PAÍS la entrega del Premio Nobel de Literatura a García Marquez, Cruz volvió a reencontrarse con los niños de la foto.
El escritor Fernando G. Delgado, que presentó la novela, calificó la obra como «un ejercicio de piedad con la vida que le ha tocado vivir y con el ahogo físico que determinó su existencia». Manuel Vicent, que también ejerció como presentador, huyó del elogio consabido y de la crítica manierista contando el cuento del niño Juanillo: «La infancia se establece como la materia de un sueño que continúa en la vida».
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.