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LA LUCHA CONTRA ETA

35.000 personas marchan por el centro de Vitoria para exigir el fin de la violencia

Miles de personas -35.000, según fuentes de la Policía Municipal- recorrieron ayer por la tarde el centro de Vitoria tras el funeral por el subteniente retirado de la Guardia Civil Alfonso Parada, asesinado por ETA. El llamamiento efectuado por la mañana por el Ayuntamiento de la ciudad, en un pleno conflictivo, encontró la respuesta masiva de la ciudadanía. El lehendakari, José Antonio Ardanza, no participó ni en la manifestación ni en el funeral, pero sí se sumó a la marcha contra el trabajo infantil, que ayer llegó a Vitoria.

A diferencia de José Antonio Ardanza, el vicelehendakari, Juan José Ibarretxe, sí asistió a la marcha contra ETA, en la que estuvo acompañado por varios ministros, entre ellos el de Interior, Jaime Mayor. Alfonso Parada había fallecido a las dos de la madrugada de ayer tras 12 horas de agonía desde que recibió un tiro en la sien.Una pancarta con la leyenda en euskera y castellano Nahikoa da. Bakea nahi dugu (Basta ya. Queremos la paz) encabezaba la manifestación. En varias fases,los ciudadanos rompieron el silencio para gritar "ETA mata y el diálogo remata", "basta ya de violencia" o "libertad, libertad". Al pasar junto a la sede de HB, centenares de personas gritaron: "No son vascos, son asesinos".

La capilla ardiente por el subteniente asesinado había sido instalada a mediodía en la Subdelegación del Gobierno. En ella permaneció unos minutos el presidente del Gobierno, José María Aznar, quien acudió a Vitoria para arropar a Carlos Iturgaiz en su presentación como candidato del PP a lehendakari. Acompañaban a Aznar los ministros de Trabajo, Javier Arenas; Interior, Jaime Mayor, y Agricultura, Loyola de Palacio, además de varios altos cargos.

El pleno que celebró el Ayuntamiento de Vitoria por la mañana para convocar la manifestación y decretar el duelo oficial tuvo momentos tensos. El portavoz del PP, Alfredo Marco Tabar, amigo íntimo de la víctima, fue el más duro con los ediles de HB. "Mientras no oiga de vuestros labios una expresión no ya de condena, pero al menos de lamento, no oirás de los míos otras que el desprecio y no volveré a escuchar las tuyas", le espetó al edil batasuno José Enrique Bert. Cuando el portavoz radical fue a intervenir, los populares y los del PSE y UA se volvieron de espaldas.

Todos los grupos mostraron su indignación e insistieron, sin resultado, en que HB pronunciase una condena. Cuando el alcalde, José Ángel Cuerda (PNV), ordenó traducir al castellano las palabras en euskera de Bert, los populares dejaron la sala.

Dos horas antes de la manifestación, el obispo de Vitoria, Miguel José Azurmendi, presidió el funeral por Parada. Miles de vitorianos se sumaron a este último adiós. En su homilía, Azurmendi pidió serenidad a la familia del suboficial, al pueblo vasco y al español en unos momentos en los que Euskadi "oscila entre la desesperación de los que exigen una salida a la violencia y los que se encuentran desorientados y sin saber qué hacer".

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