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DESASTRE ECOLÓGICO

Un informe científico revela falta de seguridad en la remoción de los lodos cerca de Doñana

Los expertos insisten en que hay que tratar el agua tóxica embalsada en los diques

La remoción de los lodos tóxicos vertidos en el río Guadiamar tras la rotura de una balsa en las minas de Aznalcóllar se está haciendo de forma inadecuada. El segundo informe del comité de expertos hecho público ayer en Sevilla, señala el «empleo imprescindible» de mascarillas y guantes al extraer el lodo, y desaconseja el uso de maquinaria pesada en la mayor parte de la zona afectada. Ninguna de estas medidas han sido habituales en los trabajos realizados hasta ahora. «Los particulares no deben manipular los lodos» y «deben ser advertidos de su peligrosidad», subrayó el presidente del CSIC, César Nombela.

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El operativo de extracción de los lodos tóxicos se puso en marcha el pasado domingo. Bajo el puente sobre el río Guadiamar, grandes máquinas excavadoras y trabajadores de Boliden y de la empresa pública Tragsa, sin guantes ni mascarillas, iniciaban su labor bajo los flashes de los fotógrafos.El segundo informe del comité de expertos desveló ayer que las tareas se están realizando, desde el principio, de modo incorrecto: «Empleo imprescindible por parte del personal de la obra de guantes de goma y máscaras, utilización de maquinaria lo más ligera posible o métodos manuales, cubrir las cargas de los camiones con lonas...». «Ahora tendremos que adaptarnos a la nueva realidad, tras el informe, y emplearemos maquinaria más ligera y adaptada al terreno», explicó el representante de la Junta en el comité de coordinación, José Antonio Viera. «Las máquinas grandes se han utilizado sobre todo en lodos profundos», se defendió el representante del Gobierno, Andrés Herranz, que admitió que «los grupos de trabajo tendrán que modificar algunos criterios».

Los ecologistas habían denunciado que el uso indiscriminado de excavadoras estaba dañando la cobertura vegetal de la zona afectada. Para prevenir la «posible inhalación y el posible contacto» con los lodos tóxicos el comité de expertos exigió la prohibición de cualquier tipo de tareas, que no sean las de extracción, en las fincas particulares. «Mañana mismo (por hoy) trasladaremos a la jueza esta petición», detalló Herranz, que evocó la falta de «capacidad legal de la Administración» para no ejecutar esta iniciativa inmediatamente.

Las mediciones de la Consejería de Medio Ambiente han reflejado la existencia de arsénico en una cantidad apreciable. «Aún no sabemos en que forma química está el arsénico», dijo el presidente del CSIC, quien se remitió a un informe que se hará público el próximo martes.

Cal con urgencia

El informe de los expertos resalta la necesidad de tratar con urgencia los 2,5 hectómetros cúbicos de agua tóxica embalsamada en la zona de diques de Entremuros. «Es una cantidad ingente, pero hay empresas con capacidad para tratarlas», señaló Nombela. La idea de los científicos es realizar un tratamiento de choque para, mediante la incorporación de cal, (2.000 toneladas de óxido cálcico) precipitar los metales pesados y, una vez decantada el agua, encauzarla -pasando por muros cálcicos porosos que actuarían de filtro- hacia el Guadalquivir. A largo plazo se plantea colocar una depuradora en este punto, para garantizar que el agua que pase posteriormente esté dentro de los parámetros de acidez. «El plazo es de tres meses, pero esperamos que se pueda hacer mucho antes».«La corta de Aznalcóllar es un sitio idóneo para almacenar los residuos, hemos tenido mucha suerte de que esté tan cerca del Guadiamar», señaló Emilio Custodio, director del Instituto Técnico Geominero. Custodio aclaró que no hay «ningún acuífero implicado» y que la corta es «totalmente impermeable».

La jornada de ayer, tras dos días de lluvias, fue la primera intensa en el traslado de lodos. Un continuo goteo de camiones, procedentes de los tres tramos en los que se ha dividido el Guadiamar para su limpieza, llega al corazón de la antigua mina, donde media docena de trabajadores de Boliden esperan -en turnos y en jornadas desde las 8.00 hasta las 20.00- para dirigir las tareas de descarga del lodo, que acto seguido es empujado por máquinas excavadoras por los laterales de la antigua corta.

El destino de los lodos ha paralizado de momento el proyecto de repoblación y plantación con cereales de la antigua mina, y la montaña aledaña de estériles para recuperar ese espacio.

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