170 millones de personas infectadas en el mundo
Unos 170 millones de personas en todo el mundo se encuentran infectadas con el virus de la hepatitis C, según la información difundida el pasado viernes por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Lo grave del caso es que, para esta enfermedad, no existe vacuna alguna y además puede producir graves dolencias como la cirrosis crónica y hasta el cáncer de hígado.Expertos médicos convocados por la OMS advirtieron sobre la necesidad de poner un freno al contagio de esa enfermedad, que representa un problema social cada vez más grande en los países en vías de desarrollo.
En un comunicado, la OMS reiteró que, en estos momentos, no existe una vacuna en contra de esta enfermedad infecciosa, si bien reconoció que se está ensayando un proyecto del que todavía no se conocen sus resultados. Aunque los investigadores consideran que a comienzos del próximo siglo será posible la vacunación activa contra la hepatitis C, hasta este momento es absolutamente indispensable lograr que esta enfermedad no se extienda más.
«En todo el mundo siguen registrándose nuevos casos de hepatitis C a causa de transfusiones de sangre no analizada, por el uso de material médico no esterilizado en los hospitales, inyecciones y, en ciertas ocasiones, por mantener relaciones sexuales sin método de protección», afirmó. (Esta vía de contagio es mínima según los estudios realizados hasta la fecha).
La OMS agregó que los investigadores aún no han podido explicar cómo y por qué razón ciertas características del virus hacen que el portador desarrolle o no cirrosis o cáncer de hígado. Éstos han señalado que un mayor conocimiento de la epidemiología de la enfermedad permitirá orientar de manera más eficaz las actividades preventivas y usar mejor los recursos disponibles.
Según la OMS, los grupos de mayor riesgo son los que usan drogas por vía intravenosa, los que reciben transfusiones de sangre no analizada, los hemofílicos, enfermos en diálisis y personas con varias parejas sexuales. En los países desarrollados, en particular, las personas que están expuestas a contraer esta enfermedad son aquellas que están sometidas a escarificaciones rituales o a la circuncisión, si se realizan con instrumentos no desinfectados.
La Agencia de Naciones Unidas consideró que estos grupos de riesgo deben ser el objetivo prioritario de las administraciones sanitarias para la prevención de dicha enfermedad. Se quiere informar igual al personal sanitario sobre las formas de transmisión y los medios para impedirla.
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