Diversos directores glosan la importancia de Muñoz Suay en su dedicación al cine

Fue un hombre que no pasó desapercibido. Su vasta cultura, su gran amor por el cine, su activismo político, su trayectoria vital y profesional y su acusado sentido del humor, con una marcada inclinación hacia el sarcasmo, hizo a Ricardo Muñoz Suay una persona muy estimada. Ayer, algunos de los directores de cine que trabajaron con él recordaron algunas de estas características en el homenaje que le tributó la Filmoteca de la Generalitat Valenciana. En una sala atestada de público -la mayoría muy joven-, los directores José Luis Berlanga, Gonzalo Suárez y Jaime Camino, el presidente de la Filmoteca Española, José María Prado, y el cineasta Javier Rioyo participaron en una animada mesa redonda, moderada por el crítico Carlos F. Heredero, en la que no faltó el sentido del humor. Los realizadores glosaron, a través del relato de diversas anécdotas, la enorme importancia que tuvo Muñoz Suay en sus posteriores carreras. Ayudante de dirección y productor, pero sobre todo, hombre de cine, Muñoz Suay supo ganarse el respeto de los cineastas a muchos de los cuales empujó y ayudó para que se dedicaran a hacer películas. Cada uno de los invitados trazó su particular perfil del que fue el fundador y de momento único director de la Filmoteca valenciana, fallecido el pasado mes de agosto. El guionista Rafael Azcona, el realizador Alfonso Ungría y el político y gestor cultural Emilio Soler enviaron también un escrito de adhesión al acto, que fue presentado por José Antonio Hurtado, responsable de la programación y el más estrecho colaborador de Muñoz Suay en la Filmoteca. La directora general de Promoción Cultural, Consuelo Ciscar, abrió las intervenciones que concluyeron con la proyección de la película Viridiana, que dirigió Luis Buñuel y cuyo productor ejecutivo fue Muñoz Suay. La Filmoetca dedica un completo ciclo a las películas en las que éste participó.