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Contra el peatón descarriado

El Ayuntamiento de Barcelona quiere salvar a los peatones de ser atropellados. Una posibilidad sería lograr que pudieran andar por las aceras, hoy en no pocas zonas ocupadas ilegalmente por coches, pero no es la única forma. Otra, aparentemente más eficaz, es multarles si no utilizan el poco espacio que les va quedando: si cruzan por fuera del paso de peatones, por ejemplo. El anuncio de estas actuaciones por la Guardia Urbana ha provocado diversas llamadas a esta sección. Predominaban los lectores perplejos y dotados de sentido del humor frente a los molestos. Uno de ellos se preguntaba cuántos conductores han sido atropellados por un viandante para tener que anunciar tal campaña represiva. Un portavoz municipal explica que el anuncio ha sido mal entendido. La campaña busca, principalmente, perseguir a los conductores irresponsables. Lo de los peatones, asegura, es secundario, pero no menos importante. Los datos que avalan el aviso son éstos: en el primer trimestre de 1997 fueron atropelladas 14 personas; en el mismo periodo de este año, han sido 29 los peatones cazados por un vehículo de motor. Un responsable de la Guardia Urbana de Barcelona añade nuevos datos: seis peatones muertos entre el 1 de enero de 1998 y este fin de semana. En cinco casos el peatón estaba fuera de la zona que se le tiene reservada. El portavoz municipal responde a una pregunta de los lectores sobre la base legal para la multa: no es el código de circulación, sino la ordenanza municipal; la cantidad de 5.000 pesetas es la que figura en la ordenanza fiscal para estos casos. De inmediato añade que la multa al peatón se producirá sólo si éste no se aviene a utilizar su espacio una vez que el guardia "amablemente", asegura, le conmine a ello. "No vamos a por los peatones, nos preocupa más el conductor que se salta el semáforo en rojo". A juicio de los lectores, el Ayuntamiento hace bien en estar preocupado por las infracciones de los automovilistas. Lo del semáforo, aseguran, se ha convertido en una costumbre y el aparcamiento sobre la acera, en un paso de cebra o en un carril bus cuenta con gran número de adeptos. Los lectores peatones subrayan la ausencia o la pasividad de los guardias para defender al peatón. Entienden que el anuncio de multas es un paso más en la caza del viandante, pieza a cobrar por el coche y por el guardia.Un coche mal aparcado inutiliza un paso de cebra.

VICENS GIMÉNEZ

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