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El Sáhara y el acuerdo de pesca centran la cuarta cumbre hispano-marroquí

ENVIADO ESPECIALJosé María Aznar abre hoy en Rabat la cuarta cumbre entre España y Marruecos, que concluirá mañana, entrevistándose con el nuevo primer ministro de este país, Abderraman Yussufi, un socialista moderado con una respetada trayectoria como defensor de los derechos humanos. El referéndum sobre la autodeterminación del Sáhara, previsto para finales de año, y la negociación, en 999, del acuerdo de pesca entre Marruecos y la UE son dos de las incógnitas que deben despejarse en los próximos meses y en las que ambos países tienen grandes intereses.

Fuentes diplomáticas españolas indican que hay voluntad compartida para que la cumbre sea un "éxito". Junto a Aznar han viajado a Rabat el vicepresidente para Asuntos Económicos, Rodrigo Rato, y los ministros de Asuntos Exteriores, Abel Matues; Justicia, Margarita Mariscal; Industria, Josep Piqué; Fomento,Rafael Arias-Salgado; Educación, Esperanza Aguirre, y Agricultura, Loyola de Palacio.

En el plano político, Marruecos desea resolver cuanto antes el tema del Sáhara, "causa sagrada de la integridad territorial" para su nuevo Gobierno, en el que España, como antigua potencia colonial, ha prometido una estricta neutralidad. Esa posición no convence a las autoridades marroquíes, que ven con desconfianza el apoyo que diversos sectores de la sociedad española ofrecen al Frente Polisario. Fuenes diplomáticas españolas reconocen que las dificultades en la identificación de votantes para la reparación del censo puede retrasar el referéndum.

Marruecos defiende no sólo su integridad territorial en el sur, pues reclama también la soberanía de Ceuta y Melilla aunque no tenga especial interés en iniciar una escalada de declaraciones hostiles a España.

Renegociar la deuda

En el campo económico, Marruecos está interesado en renegociar su deuda con España en el sentido de cambiarla por inversión, como ya se hizo en 1996 por un volumen superior a los 10.000 millones de pesetas. En la actualidad asciende a 103.000 millones tras haberla reducido aceleradamente. Hace tres años, era de 197.000 millones, lo que demuestra su carácter de buen pagador. La deuda externa de Marruecos es, en total, de 22.302 millones de dólares (más de tres billones de pesetas). El 40% del presupuesto marroquí se destina precisamente a su servicio. El acuerdo de pesca que Marruecos mantiene con la UE, y que Rabat ya ha anunciado que no quiere renovar, es el aspecto más importante de unas relaciones económicas en las que el reino alauita lucha por abrir el mercado europeo a sus productos agrícolas. El 45% de su población sigue trabajando en la agricultura, que produce el 19% de su producto interior bruto.

España, el segundo socio comercial de Marruecos, a gran distancia de Francia, desea salvaguardar el acuerdo de pesca, que empleo a una importante flota artesanal del sur de la Península y cuyo vencimiento coincidirá con un periodo electoral. Su futuro, en opinión de diplomáticos epañoles, formará parte de un paquete de medidas más amplio que permitirá dar una alternativa a los intereses pesqueros españoles en aguas marroquíes.

Con una renta per cápita 13 veces inferior a la española, Marruecos está en un proceso de cambio político y económico al que España desea contribuir. El que Aznar sea el primer dirigente europeo que se entreviste con Yussufi es un gesto que resalta la importancia que da Marruecos a sus relaciones con España.

El rey Hassan II, cuyo poder sigue siendo la clave del arco de la sociedad marroquí, recibirá mañana a Aznar antes de comenzar la sesión plenaria final.

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