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Entrevista:

"Madrid resuelve on calma sus choques 99 culturales

, Ni menos de doce años ni más de treinta. Su edad y sus buenas costumbres debían estar certificadas por el cura párroco del barrio. Las aprendizas llegaban a la fábrica con todos sus enseres: una espuerta, la silla, las tijeras y el tarugo, nombre que describe la tablilla utilizada para redondear cigarros. En el taller pasaban las cigarreras la mitad de su vida. Las madrileñas, en concreto, ampliaban el monótono territorio de sus labores a la fábrica de Embajadores, por cuyas calles el tiempo discurre impregnado todavía del característico aroma del fumando espero. Paloma Candela, valenciana de 31 años, ha sido fumadora empedernida hasta hace sólo seis meses. Justo cuando terminó de volcar a libro su tesis doctoral, estranguló contra el cenicero su última colilla de tabaco negro. Ignora si fue casualidad o una treta inconsciente para alejar de sus manos el pitillo. Cigarreras madrileñas: trabajo, y vida. 1888-1927 es una apretada investigación sobre la presencia femenina en la industria.

Pregunta. ¿Hay feminismo en este estudio?

Respuesta. He buscado una dimensión sociológica y espacial, situando a estas mujeres en el significativo espacio de Madrid y el entramado social que las rodeaba. De feminismo, su historia tiene mucho. Eran, efectivamente, mujeres de armas tomar. Pero, además, avanzadas, solidarias, leales, constantes y muy trabajadoras. Pioneras de la lucha obrera. Reivindicaron condiciones de trabajo ante ' s ni soñadas. Las 3.000 cigarreras de Madrid formaron un sindicato de vanguardia, todo un ejemplo a escala nacional.

P. ¿Por qué mujeres?

R. Por su pericia y enorme capacidad de trabajo. Se las recuerda octogenarias y medio ciegas, llegando a Embajadores con la ayuda de un bastón para "desvenar" el tabaco [arrancar la vena central de la hoja]. Se las contrataba porque eran más baratas y, en principio, pensaban que más dóciles.

P. ¿Eran especiales las cigarreras madrileñas?

R. Trabajaban en un lugar donde la presencia femenina en la industria era casi nula. La de Madrid era la fábrica de la Corte y eso imprime leyenda y realidad. Una manifestación de 3.000 trabajadoras trascendía más si se efectuaba frente a las Cortes.

P. Hablemos de su entorno, las corralas de Madrid.

R. Allí vivía el 70% de las cigarreras. Un tipo de construcción proclive a la solidaridad. El Madrid de principios de siglo destaca por su absorción de emigrantes nacionales. Hoy, cuando veo Lavapiés lleno de africanos y paquistaníes, pienso que esta ciudad es diferente a otras capitales europeas. La convivencia está por encima de los brotes de incomprensión y de racismo. El choque cultural se está resolviendo con calma, veremos qué pasa dentro de 10 años.

Cigarreras madrileñas. trabajo y vida. 1888-1927. Tecnos. 2.400 peseta

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