Fallece en París a los 73 años el filósofo Jean-François Lyotard

El filósofo francés Jean-François Lyotard murió el pasado lunes en París, víctima de una leucemia. Tenía 73 años. De entre su obra puede decirse que los textos más conocidos son A partir de Marx y Freud (1973), Economía libidinal (1974), La condición postmoderna (1979), Le Différend (1983) y el que escribió para el Centro Georges Pompidou cuando se celebró la exposición sobre Los inmateriales .

Alumno de Merlau-Ponty, Lyotard empezó por realizar un balance de la fenomenología. Siempre descreído y escéptico -sus amigos celebraban su sentido del humor desengañado-, el filósofo se ahorró la creencia beata en el marxismo y sus obras gracias a que militó, junto con el también recientemente fallecido Cornelius Castoriadis, en el grupo Socialismo o Barbarie, que renovó el pensamiento de la izquierda desde perspectivas radicalmente antitotalitarias. Durante los años setenta, en cambio, se deja llevar por el torbellino crítico de Mayo del 68 pero su análisis del poder se refugia en una crítica del lenguaje. Menos radical que Derrida y, sobre todo, más comprensible, logra evitar que el furor deconstructivo le lleve a negar cualquier posibilidad de producir sentido. En 1979 se transforma en el pope del posmodernismo sin que eso signifique que se sienta cómodo dentro de esa glorificación del eclecticismo. Él mismo habla de «época helada de apabullante postmodernismo» para referirse a lo que queda tras la defunción de las utopías del siglo y su posterior explosión en centenares de pequeñas moralidades y placeres, clubes de adictos condenados a la futilidad.

Meditación y arte

François Lyotard, en su juventud, había dudado entre hacerse dominico, novelista o historiador. Optó por la filosofía y la vivió como una síntesis de las tres posibilidades. En sus últimos textos - Chambre sourde (1998) y Confession d"Augustin , aún pendiente de publicación- retoma la antigua vocación por la vida retirada y la meditación. Persona muy interesada por el arte, escribió excelentes textos para pintores como Adami, Monory y Duchamp y reivindicó las artes plásticas en lo que podían tener de expresión primaria, como espacio salvaje, libre, abierto a una belleza que Lyotard soñaba convulsa, como la reclamada por Breton 30 años antes, y que tenía que ser hija del deseo en tanto que única fuerza capaz de escapar a los discursos dominantes.

Fundador del Colegio Internacional de Filosofía, profesor en la Sorbona, Nanterre y Vincennes antes de convertirse en habitual de la Universidad de Emory (Estados Unidos), François Lyotard ha sido presentado a menudo como miembro integrante de un grupo del que formarían parte Focault, Baudrillard, Derrida, Lipovetsky, Deleuze y Virilio. Puede que algo tuviera en común con cada uno de ellos pero nunca se sintió o se reivindicó como miembro de otra corriente que la ya citada Socialismo o Barbarie .