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La Fracción del ejercito Rojo alemana anuncia su disolución

Pilar Bonet

La Rote Armee Fraktion (Fracción del Ejército Rojo, RAF), la organización terrorista alemana fundada en 1970, se ha disuelto formalmente, según un comunicado recibido ayer en la agencia, Reuters. La autenticidad del mensaje, que llevaba el símbolo de la RAF (una estrella y una ametralladora), estaba aún ayer pendiente de confirmación y las opiniones de diversos políticos alemanes divergían al respecto. El portavoz gubernamental, Peter Hausmann, manifestó ayer que el Ejecutivo no disponía de ninguna prueba sobre la autenticidad del escrito y que el Ministerio del Interior no había podido dar aún su dictamen. Mientras Antje Vollner, vicepresidenta del Parlamento y miembro del grupo de Los Verdes, no tenía duda sobre la autenticidad, Burkhard Hirsch, un liberal que también es vicepresidente del Parlamento, puso en cuestión la misiva. Hirsch era ministro del Interior del Estado de Renania del Norte-Westfalia en 1977, durante el secuestro y asesinato de Hans Martin Schleyer, el presidente de la patronal alemana. La imagen de Schleyer sentado en camiseta con un letrero en las manos en el que podía leerse "prisionero de la RAF'', es todavía hoy el símbolo de una crítica época en la vida de Alemania.

Políticos y comentaristas coincidían ayer en que. la decisión de disolución de la RAF era más simbólica que real, puesto que la organización, creada según el modelo de la guerrilla urbana latinoamericana y formada por guerrilleros palestinos, había dejado de existir en la práctica. El diputado socialdemócrata Otto Schily, que en otro tiempo defendió a los miembros de la RAF, calificó de absurdo el anuncio, ya que "no se sabe qué es lo que se disuelve"

Guerra al imperialismo

La RAF, que estaba liderada por gente como Ulrike Meinhof, Andreas Baader y Gudrun Ensslin, declaró la guerra al "imperialismo y capitalismo monopolista" y ejerció la violencia contra los líderes del "Estado del bienestar" alemán. El grupo inició su actividad con un incendio en unos grandes almacenes y, entre 1971 y 1993, organizó atentados en los que murió una treintena de personas. Los capítulos más sangrientos de la historia de la RAF ocurrieron en los intentos de esta organización de liberar a sus dirigentes, Andreas Baader, Gudrun Ensslin y Jan-Carl Raspe, que habían sido condenados a cadena perpetua en 1976. Tras el fracasado secuestro de un avión de la Lufthansa, que concluyó con una espectacular liberación de los rehenes en Mogadiscio (Somalia), las autoridades alemanas anunciaron el suicidio de Baader, Ensslin y Raspe en la prisión donde estaban internados.

En abril de 1992, la RAF anunció que interrumpía sus ataques contra dirigentes políticos y económicos. Con la muerte de Wolfgang Grams y la detención de Birgit Hogenfeld en julio de 1993, se consideró que la organización había quedado destruida.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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