Hong Kong prepara sus primeras elecciones bajo los auspicios de China

Sin que se haya cumplido un año de su retrocesión a China, Hong Kong se prepara para las primeras elecciones bajo el manto, de la fórmula un país, dos sistemas que Id ofreció Pekín. Durante estos meses el funcionamiento político y económico de la antigua colonia británica ha estado sometido a escrutinio. "Tenemos al mundo observándonos", asegura Janice Tse, vicerrepresentante de Hong Kong ante la UE, como la mejor garantía de que en la provincia autónoma "los negocios continúan como solían". "El Gobierno chino ha cumplido sus promesas", subraya Tse en referencia a la libertad con la que el Ejecutivo local se ha movido hasta ahora. Y pone el ejemplo de la reciente crisis financiera en el sureste asiático. "El Gobierno decidió mantener el valor del dólar hongkonés y no devaluar como hicieron otros países de la zona, porque nuestros fundamentos económicos son buenos y además competimos en calidad, no en precio", explica, antes de precisar que "no hubo llamadas telefónicas de Pekín".

Aunque la confianza de los inversores internacionales parece fuera de cuestión, dentro del enclave oficialmente bautizado como Región Administrativa Especial de Hong Kong se escuchan algunas voces disidentes. "No existen diferencias de opinión en cuanto al camino [hacia la democracia], sino en lo que respecta al ritmo", asegura Tse; "hay quienes opinan que deberíamos ir más deprisa".

Ésa es, sin duda, la postura de los conocidos opositores Martin Lee, del Partido Democrático, y Emily Lau, del grupo La Frontera, quienes critican que el próximo 24 de mayo sólo 20 de los 60 escaños del Consejo Legislativo vayan a ser elegidos por sufragio directo. "Lleva algún tiempo alcanzar la democracia", justifica Tse, quien recuerda que sólo hace siete años que pudieron elegir a algunos de sus representantes. "Estamos en un periodo de transición y avanzamos de forma progresiva y de acuerdo con la Ley Básica", añade.

La Ley Básica es una especie de miniconstitución de la que se dotó Hong Kong a raíz de su vuelta a la soberanía china el 1 de julio de 1997, para garantizarse su especificidad y autonomía durante 50 años. Los miembros del Movimiento pro Democracia, que lideran los menciona os opositores, discrepan de su contenido y reclaman infructuosamente que se modifique. "Si se acepta un cambio, se tendrían que aceptar otros, y mañana sería posible cuestionar nuestra autonomía", advierte Tse. Lo importante, en su opinión, es que "las elecciones van a ser abiertas, libres y justas, y que pueden participar todos los partidos políticos".

Preocupaciones inmediatas

Con todo, Tse admite que este debate continúa circunscrito a las élites y que la mayoría de los 6,5 millones de hongkoneses se encuentran más preocupados por problemas inmediatos como la carestía de la vivienda y la ausencia de un sistema de seguridad social universal. "El Gobierno", explica, "ha hecho un gran esfuerzo para animar al voto, y se ha logrado que el número de votantes inscritos pase de 2,5 millones a 2,9 millones, un 70% de los cuatro millones de potenciales votantes".

Tse ha visitado esta semana España para transmitir ese mensaje de normalidad y tratar de convencer a sus interlocutores de que apoyen que la UE no exija visado a los ciudadanos de Hong Kong. Los europeos no necesitan visado para viajar al territorio.