"La ciencia no puede tener moral"
Blanca Fernández Capel, diputada popular por Granada y Licenciada en Filosofía y Letras y en Medicina es la presidenta del recién creado Comité de Bioética del PP. Desde allí se propone impulsar la creación de un Comité Nacional de Ética, que ya existe hace años en la mayoría de los países de la UE. Su intención, asegura, es que sea "plural y multidisciplinar", porque entiende que "la ciencia no puede tener moral".Pregunta. La creación de un Comité Nacional de Ética es una vieja aspiración en España. ¿Para cuándo estará listo?
Respuesta. Se tendrá que crear por la vía reglamentaria. Nosotros sólo somos una comisión de estudio y daremos nuestra opinión ponderada. El partido del Gobierno es un partido moderno y sabe que en estos temas también hay que estar en vanguardia. De ahí la enorme generosidad que tiene el partido como lo demuestra en el hecho de que el comité esté integrado por científicos y especialistas que no son del PP.
P. ¿No está reñido el carácter plural del que habla con un comité de bioética de un partido?
R. No. Es verdad que el partido tiene una forma de ver la vida, pero si estamos hablando de filosofías o creencias, en el PP hay gente de lo más plural del mundo. En estas cosas hay que buscar la verdad entre todos. No mi verdad, ni la verdad del otro. No tiene sentido darle un matiz ideológico a la ciencia. No queremos. No se puede ni se debe. La ciencia no puede tener moral.
P. La bioética también se ocupa del principio y el final de la vida. Por ejemplo del aborto y la eutanasia. Y esto sí se presta a interpretación ideológica.
R. No creo que los temas de biología se puedan ideologizar. En España tenemos una legislación clarísima sobre el aborto y a ella hemos de remitirnos.
P. Pero hay un debate social. Sobre todo con la eutanasia.
R. Bueno, hay un debate social o hay unas noticias... Yo sé que el tema de la eutanasia es muy controvertido. En estos días con el tema de Ramón Sampedro se ha suscitado una polémica que en algunos aspectos a mí me ha parecido un poco artificiosa. Yo comprendo que había un señor que estaba desesperado, pero también veo que hay otras personas en su situación que están con ilusión y esperanza. Éste es un asunto que no se puede contemplar desde un aspecto o una persona determinada. Hay que comprender el dolor, pero también es tremendo que la sociedad no sea capaz de proporcionar el entorno de afecto y de ilusión que algunos más débiles necesitan.
P. ¿Cómo se logra el equilibrio entre velar por el buen uso del conocimiento científico sin frenarlo?
R. Nosotros tenemos muy claro que nuestro objetivo no es solamente no frenar, sino impulsar la ciencia. En España ya hay una legislación muy clara en algunos aspectos que a la gente le preocupan. Por ejemplo, el código penal prohíbe la clonación humana. España tiene muy claro su marco.
P.Volviendo al comité nacional. ¿Existe ya un proyecto de cómo debería ser?
R. El PP todavía está trabajando en ello. Tendría que ser un comíté multidisciplinar que tenga como marco la Constitución y los Derechos Humanos. Lo necesitamos para que represente a España en los foros internacionales sobre bioética. Ahora es el momento oportuno para crearlo, porque con este miedo a la ciencia se están creando comités -y lo digo en tono coloquial- en cada asociación de vecinos y eso crea una falta de visión global. Ese comité debe representar a toda la sociedad española.
P. Pero el PP ha creado el suyo. R. El del PP es un comité de estudio de un partido que da soporte al Gobierno. Nuestras opiniones se las damos a nuestro partido. Yo no estoy en contra de que cada asociación estudie las cosas, pero tampoco me parece bien que aparezcan como la voz de la sociedad.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.