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El IRPF suprime ventajas fiscales de las plusvalías al caer un 16% las retenciones

Los ingresos por retenciones del capital en el IRPF bajaron el pasado año 137.000 millones, un 16%. La explicación está en la menor remuneración de los depósitos por el descenso de los tipos de interés, pero también en las ventajas fiscales que en 1996 se dieron a las plusvalías. El nuevo IRPF elimina alguno de los atractivos de éstas, como la corrección de la inflación o la exención de 200.000 pesetas, pero mantiene el tipo fijo del 20%. Otra novedad es que los seguros salen del régimen de plusvalías y tributan como capital mobiliario, pese a lo cual Hacienda descarta aplicarles una retención.

El impuesto sobre la renta que entrará en vigor en 1999 (declaración del 2000) mantiene el tipo fijo de tributación por las plusvalías (diferencia entre el valor de venta y el de compra de un fondo de inversión, pisos, acciones, etcétera), pero suprime algunas ventajas fiscales. Se eliminan las 200.000 pesetas exentas en todas las plusvalías, aunque al respecto los fondos de inversión se quedan como están, ya que no tienen ese beneficio.Para los fondos de inversión y las acciones se suprime el coeficiente de corrección monetaria, que en la actualidad sirve para eliminar el efecto de la inflación, de forma que no tribute la parte en que se ha depreciado ese bien. La corrección se mantiene para los pisos. Todas las plusvalías deberán tributar con el nuevo IRPF; es decir, se incluyen aquéllas generadas por transaciones inferiores a 500.000 pesetas, hasta ahora exentas.

El Gobierno, de esta forma, se resiste a dar marcha atrás en la primera medida de envergadura que adoptó en política fiscal -la más criticada por la oposición-, aunque le impone correctivos. Con ello se reconoce en parte el efecto recaudatorio que ha tenido la distorsión en el tratamiento fiscal del ahorro que se dio en favor de los fondos de inversión y se persigue una mayor neutralidad.

El trasvase de depósitos bancarios hacia los fondos ha supuesto el pasado año un descenso del 16% (137.000 millones) en las retenciones por rentas del capital, que se situaron en 714.000 millones. Los intereses de los depósitos se consideran rendimientos del capital mobiliario y, por tanto, sujetos a una retención del 25%, mientras que los fondos de inversión generan incrementos de patrimonio 0 plusvalías, sin retención.

Éstos mantienen su calificación a efectos fiscales, mientras que los seguros de vida y jubilación pasan de plusvalía a capital mobiliario. Pese a ello, se descarta que se les pueda aplicar la retención del 25%.

Otra de las novedades es que el nuevo IRPF no hace distinción entre rendimientos implícitos y explícitos de activos financieros (deuda pública, sobre todo), lo que ahora determina que deban tener o no retención fiscal. Todos los activos, se considerarán rendimientos del capital mobiliario y, por tanto, sujetos a retención, con la excepción de las letras del Tesoro.

Si la retención se aplica a las múltiples transmisiones que se producen de bonos y obligaciones, fuentes del sector financiero consideran que se entorpecerá un mercado que el pasado año movió 2.000 billones. El anteproyecto de IRPF difundido la pasada semana no contempla el tratamiento de futuros y opciones, pero el Gobierno tiene previsto regularlo.

[Hoy se abre el plazo para que los contribuyentes puedan solicitar cita para que Hacienda les confeccione la declaración de renta de este año. El teléfono es 901-223344].

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