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ACUERDO HISTÓRICO EN BELFAST

Adams dice que el plan favorece a los católicos

Gerry Adams eligió ayer el comparativamente apático condado norirlandés de Tyrone para inaugurar su campaña de persuasión en el campo católico con el argumento de que el histórico acuerdo de paz logrado el viernes favorece a la causa nacionalista. El residente del Sinn Fein declaró ante una multitud congregada en Carrickmore que a los irlandeses que se preguntan si el futuro les depara esperanzas, la respuesta es simple: sí. A pesar de ser un buen escritor, Adams rara vez ha brillado por su oratoria y el discurso que pronunció ayer no ofreció cambios en ese molde.

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"No hay que considerar nuestras políticas y objetivos a través del filtro unionista o la exageración de otros", dijo Adams en una frase complicada que a todas luces pedía, más que auxilio gramatical, una urgente clarificación política. Intentó darla. "En otras palabras", explicó, "hay que preguntarse si nuestra lucha ha avanzado y si no, cómo podríamos impulsarla".Adams pidió así a sus seguidores que se leyeran las 67 páginas del acuerdo para comprender lo que él definió, no muy tímidamente, como "conquistas" a pesar de la apresurada interpretación triunfalista de los protestantes del Partido Unionista del Ulster (UUP) de David Trimble. "Hemos avanzado en nuestra lucha", aseguró con solemnidad pero sin dar mayores ejemplos de progreso concreto.

Sus palabras en el aniversario del famoso alzamiento nacionalista de Pascua, aplastado a cañonazos del Ejército británico en Dublín en 1916, no dieron mayormente respuesta a la cuestión que se plantean todos los republicanos de a pie: ¿Qué pasó con aquello de que no habrá paz mientras no se vayan las fuerzas británicas y la unificación de Irlanda sea un hecho? ¿Qué pasó con aquello de que el diálogo sólo debe comenzar cuando se respeten los tres noes: No a las concesiones, no a la admisión de soldados británicos en Irlanda del Norte, no a un entendimiento que no pase por la liberación de los presos políticos?.

Adams, el ex guerrillero del IRA, ayer se paseó por las ramas. "Se avecinan tiempos difíciles", pronosticó a los irlandeses, muchos de los cuales se esperaban algo un poco más claro de sus líderes. La frase "nuestra lucha no ha cambiado, seguimos en la misma brecha", arrancó sólo tibios aplausos.

Esa fue una indicación de lo que le espera a Adams en los próximos días, cuando lleve al seno de su partido el documento que los protestantes del unionismo se afanan también en presentar como un importante triunfo político, un avance sin precedentes históricos y una sólida garantía de paz.

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El ex primer ministro británico John Major fue más pragmático y debió capturar la atención de los republicanos cuando pronosticó que a Adams y a Trimble se les avecinan dificultades formidables ya que deben vender a sus bases la idea de que en este pacto cada uno ha salido ganando más que el otro.

La prueba de éxitos unilaterales podrá darse si tanto las milicias católicas como las protestantes acatan la órden de deponer las armas y entregar sus arsenales a los comités especialmente encargados de destruirlos. Adams no hizo mención alguna al desarme del Ejército Republicano Irlandés (IRA).

"Hoy rendimos homenaje a los soldados del nacionalismo irlandés, pero al mismo tiempo debemos rendir tributo a los hombres y mujeres de Irlanda que creen en la paz", dijo Adams. Su discurso eludió la cuestión de cómo exactamente puede llegarse a una reconciliación entre el credo del Sinn Fein de que la paz es una quimera mientras persista el control británico del Ulster y la obvia tolerancia hacia un período que el Sinn Fein se empeña en definir como ''transitorio" pero que implica la permanencia de soldados británicos en Belfast, en Crossmaglen y Derry, para mencionar sólo tres localidades de los seis condados del Ulster.

Propósito idéntico

A esta altura crucial, el propósito de Adams es idéntico al de David Trimble: contener el descontento de la calle antes de que se convierta en abierta rebeldía. A diferencia de Trimble, Adams todavía no ha recibido el, espaldarazo de sus bases. El comité ejecutico del UUP dio su espaldarazo a Trimble el sábado con una votación de 55 a favor frente a 33 opositores. El márgen es frágil. Idéntica, sino mayor vulnerabilidad puede descubrir Adams en cuestión de horas. La plana mayor del IRA se encuentra en sesión permanente para aclarar su ambivalente reacción inicial al acuerdo de paz. Un comunicado del aparato militar que Adams representa dijo hace dos días que "toda la cuestión está en estudio" y enigmáticamente no usó las palabras "prolongación" o "tregua".

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