Un relevo en euskera
El Aberri Eguna del PNV fue casi un acto electoral, un adiós y un relevo. Las tres primeras intervenciones, que precedieron a la del líder del partido, Xabier Arzalluz, tuvieron un tono casi sentimental. Juan María Atutxa, consejero de Interior del Gobierno vasco, el primero en hablar, fue presentado como el candidato a presidente del Parlamento autónomo. El presidente del Gobierno vasco, José Antonio Ardanza, se despidió de sus fieles con cierta nostalgia y presentó a "su sucesor": el hoy vicepresidente Juan José Ibarretxe. Éste, en su primera gran intervención pública tras su designación como candidato a Ajuria Enea, zanjó la polémica sobre su dominio del euskera consumiendo más de la mitad de su intervención en esta lengua. Un discurso que centró en los retos de futuro y en la necesidad de profundizar en el proyecto nacionalista para construir "la patria".El lehendakari, terminado su discurso cargado de agradecimientos, y después de alabar a su sucesor, no pudo por menos que defender su propuesta de paz. "No está frustrada. Mal que le pese a alguno, estoy seguro de que ha calado muy hondo", dijo Ardanza. La última dosis de emotividad en la despedida del lehendakari la puso Ibarretxe cuando, entre aplausos del auditorio, le llamó "gran lehendakari, gran patriota y, sobre todo, gran persona".
Los militantes nacionalistas aguantaron estoicamente el frío del recinto de la feria de Muestras de Bilbao para ver y oir a sus líderes. Un sentimiento casi religioso se apreciaba en las mujeres de la primera fila. Llegaron casi cinco horas antes para coger sitio. "Siempre he venido, desde antes de la guerra, cuando era una niña", decía una. Junto a otras amigas que rondaban los 70, este año han asistido a un relevo en el PNV
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