Delicado equilibrio en la economía mundial
(...)¿Por qué le van tan bien las cosas a Europa? En parte, se trata de un ciclo; un largo periodo anodino toca a su fin en el continente, con buenas previsiones de crecimiento para Alemania y Francia en 1998.En parte también, son razones de tipo psicológico: la unión monetaria europea comenzará, según lo previsto, el próximo mes de enero. (...) Los partidarios de la unión económica y monetaria creen que ésta traerá consigo los beneficios de un auténtico mercado único, sin las divisiones de las monedas nacionales. Todo eso, y además, un impulso a las exportaciones: los inversores calculan que el euro nacerá con una cierta infravaloración respecto al dólar, lo que hará más competitivas las mercancías europeas en la boyante economía de EE UU. ( ... )
En el momento actual, los consumidores estadounidenses son el primer y el último recurso en todas partes del mundo. Las importaciones del sureste asiático se han disparado, y desde África a Latinoamérica los exportadores reciben un estímulo implícito para dirigir sus pasos hacia los mercados de EE UU.
Con una economía a todo gas y de virtual pleno empleo como la estadounidense todo funciona; pero si su crecimiento se lentifica -según se acerquen las elecciones presidenciales, por ejemplo-, esta feliz conjunción de circunstancias puede experimentar un cambio brusco.
11 de abril