El Canal de Isabel II será el monumento más largo de Madrid
La Comunidad de Madrid considera las instalaciones del Canal como una de las grandes obras de ingeniería
Los 78 kilómetros de edificaciones y elementos arquitectónicos del Canal de Isabel II se convertirán en monumento; el más largo que Madrid haya tenido nunca. La Consejería de Cultura ha comenzado los trabajos para declarar esta gigantesca obra de ingeniería Bien de Interés Cultural.La Comunidad pretende proteger así las decenas de almenaras, acueductos, puentes, conducciones, sifones, arterias de reparto, depósitos y presas que durante el reinado de Isabel II se levantaron para abastecer a los entonces 200.000 habitantes de la capital. Las obras arrancaban del término municipal de Patones y acababan en el centro de Madrid, en que hoy es la calle de Bravo Murillo.
Esta protección legal, la máxima que puede conceder la Comunidad para un monumento obligará a los ayuntamientos atravesados por la obra a acoplar sus planes generales a las edificaciones. Éstas no podrán ser modificadas o derribadas, bajo amenaza de grave sanción. Aún no se han determinado con exactitud los elementos que quedarán protegidos. Un grupo de expertos estudia con detenimiento todas las construcciones. De hecho, hay algunas, como los depósitos de la plaza de Castilla, que no serán que su edificación es muy posterior al inicio de las obras de construcción del Canal.
Las primeras instalaciones del Canal datan de mediados del siglo XIX. La necesidad de un mayor caudal de agua para abastecer a la capital, en plena expansión, se hizo evidente. Hasta entonces, para llevar agua a las casas, existían 960 aguadores, cuyas espaldas estaban cubiertas siempre por una cuba.
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El pontón de la Oliva
Acueductos, presas y canales estarán protegidos
Esta obra de ingeniería comenzaba en la presa del Pontón de la Oliva, donde se retenían las aguas del Lozoya, y terminaba en el depósito de la calle de Bravo Murillo. Incluía 28 acueductos, decenas de almenaras, puentes, conducciones, sifones, arterias de reparto, depósitos y presas. El depósito final tenía una capacidad de 60.000 metros cúbicos, según el libro El viaje del agua, editado por el Canal en 1995, La construcción de estas obras fue inmortalizada por el fotógrafo británico Charles Clifford, entre 1855 y 1856.Pero la presa del Pontón de la Oliva mostró al poco tiempo las deficiencias de su construcción. Las filtraciones se hicieron notables en su base; hasta que quedó claro que no podía retener el caudal del Lozoya. Se construyó entonces un canal nuevo (el de La Parra) para desviar las aguas. Los canales se extendieron en todas las direcciones posibles. Nacía la futura red de canalizaciones.
Mientras, Madrid seguía requiriendo más agua. El primer depósito se quedó pequeño. Hubo que levantar nuevos aljibes por encima de los 609,5 metros, cota del primer depósito. Las viviendas en altura de Chamartín superaban ya esa cota en 1905. En 1911, el Canal construyó la presa de El Villar, para sustituir al pequeño Pontón de la Oliva. Empieza un crecimiento espectacular del Canal de Isabel II.
En la Consejería de Cultura se comentó esta semana que "la declaración de Bien de Interés Cultural para el Canal era una necesidad urgente". Y explicaron: "Se trata de una de las grandes obras de ingeniería de los dos últimos siglos. Sus elementos apenas están protegidos. Sólo algunos planes urbanísticos lo han hecho con algunos elementos aislados". Se calcula que la declaración estará lista para su aprobación por el Consejo de Gobierno en verano.
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