Dos profesionales de la sanidad

Sagrario Larralde y Rosa Muñoz desarrollaban su labor asistencial en el centro hospitalario de La Santé de la localidad de Kivumu, situada a unos 32 kilómetros de Gisenyi, importante ciudad ruandesa cercana a la frontera con la República Democrática de Congo.En el mismo hospital, donde prestaban servicio siete hermanas españolas y unos 23 trabajadores, se llevan a cabo labores destinadas especialmente a la sanidad de madres y niños de corta edad, con servicios nutricionales y maternales.

Rosa Muñoz ingresó en la Orden de Santa Ana hace once años, y es licenciada en Medicina. Se desplazó a Ruanda hace 18 meses y con anterioridad ya había conocido el ejercicio de la medicina en el Tercer Mundo, trabajando durante cuatro meses en Zaire, en el campo de refugiados de Goma.

Por su parte, Sagrario Larralde, enfermera, llevaba más de siete años trabajando en Ruanda. Su hermano Alberto la definió recientemente como una mujer "muy entregada" que disfruta con la labor humanitaria que desarrolla entre los más necesitados.

El centro de salud en el que ambas ejercían fue reconstruido por la Organización No Gubernamental Farmacéuticos Mundi tras la guerra interétnica que enfrentó a hutus y tutsis en 1994. Ahora, la zona más castigada por los ataques de guerrilleros hutus es la cercana Gysengy.

A 32 kilómetros de ahí, en Kibumbu, fueron secuestradas las dos monjas. Se trata de un área sumamente peligrosa, sin control del Gobierno de Kigali y en la que trabajan varios cooperantes españoles.