Sergi Belbel se rebela "contra la tiranía de la estética" en 'Soy fea'

"Estamos ante una especial y personal versión del mito de la bella y la bestia, pero invirtiendo los papeles y dejando claro que nuestra sociedad occidental vive bajo la terrible tiranía de la estética" dice Sergi Belbel, coautor, junto con el escritor y actor Jordi Sánchez, de Soy fea, espectáculo que ayer estrenaron castellano, por primera vez en en el teatro Nuevo Apolo, de Madrid, y al que sus creadores califican de tragicomedia antimusical.

La idea de escribir una obra que contara las tragedias que pueden vivir en la sociedad actual las personas poco agraciadas surgió de Sergi Belbel, hombre de moda del teatro catalán y premio Nacional de Literatura Dramática en 1996. "Me preocupan mucho las tiranías contemporáneas de la estética y hacía tiempo que tenía ganas de hablar del culto, al cuerpo y de cuestiones que conlleva esa actitud, como las operaciones que a veces dejan al que se las hace mucho peor de lo que estaba", dice el autor, quien no oculta que también influyó una experiencia personal, ya que desde siempre se cree poco agraciado: "A estas alturas ya tengo superado que soy feíto, pero recuerdo, cuando era joven, lo mucho que me preocupó". Y añade: "Cuando me decían que era listo y estupendo, lo único que pensaba era: '¡Una mierda! ...... "Es una tiranía el valor que se la da a lo físico por estos lares", afirma.En los mismos términos se expresa Jordi Sánchez, fundador de Krámpack, compañía que ha tomado el nombre de una obra suya de teatro con la que han llevado a cabo este proyecto. Sánchez, que también trabaja como actor en el montaje, cuenta cómo fue el proceso que llevaron a cabo para escribir la obra entre dos: "Hicimos un esquema general en el que surgieron 25 escenas, algunas con canciones, que nos repartimos de manera aleatoria; después, cada uno escribía las que le habían tocado y nos las intercambiábamos para que el otro añadiera o quitara lo escrito por el compañero", dice el coautor, que recuerda que la primera versión duraba más de tres horas.

Pero ahí no acabó el proceso de escritura, ya que decidieron hacer unos bolos por diversas poblaciones de Cataluña y, tras contrastar con el público, siguieron cambiando y reformando el texto. "Así, hasta llegar a la versión número 17, que es la que se verá en Madrid; pero el texto nunca terminaremos de reformarlo porque siempre debe estar abierto", dice Sánchez, quien también está enfadado con las tiranías de lo que considera un canon de elleza injusto. "Además, a medida que uno madura es peor, porque cuando tienes 25 años te fastidia bastante, pero se puede vivir el envejecimiento como una tragedia innecesaria, sobre todo si se es mujer, ya que para vosotras es peor; a fin de cuentas, aún se aceptan modelos masculinos cincuentones con algunas canas", dice Sánchez.

Belbel, por su parte, piensa que la mujer sufre más estas tiranías en su propia piel, pero, sin embargo, es más lúcida a la hora de aplicarlo: "La mujer sabe valorar otras cosas más profundas, no es tan primaria, aunque tiene en cuenta que a nadie la amarga un dulce".

Obra radical

En Soy fea se analizan estos aspectos, aunque sus autores no lanzan intencionadamente ninguna moraleja: "La obra es radical, pero no olvidamos que también puede ser una tragedia el hecho de ser feo". El personaje masculino, guapo, listo e inteligente, interpretado por Joel Joan, se termina enamorando de la fea, papel que aborda con un profundo proceso de caracterización Mónica Glaenzel, en la que encuentra lo que no había visto en nadie más. "Pero al final hay una perversión, porque a estas alturas no creemos en los cuentos de hadas", dice Belbel, "damos un paso más para situarnos en la realidad y el último instante del espectáculo supura amargura".Hay que añadir que el actor Joel Joan, que ha recibido el premio de la crítica de Barcelona por su trabajo en esta obra, realiza uno de los más celebrados desnudos integrales del teatro español.

Ambos comentan que en Soy fea,montaje con música original de Oscar Roig, en el que también actúa María Lanau, juegan con la estética del musical, pero también con tono de burla hacia la nueva moda por este género.

Belbel, uno de los dramaturgos más sólidos y premiados en España, no ha tenido inconveniente en compartir la tarea autoral con Sánchez, que si bien ha estrenado ya cuatro obras además de ésta, empieza ahora a destacar en este campo.