Los Verdes alemanes dejan al descubierto sus fisuras
El Bundestag (Cámara baja del Parlamento alemán) aprobó ayer la incorporación de la República Checa, Polonia y Hungría a la OTAN con el voto a favor de una parte de los Verdes, que hicieron caso omiso a la dirección del partido y mostraron así las divisiones internas. A favor del protocolo de ampliación de la OTAN del 16 de diciembre de 1997, ratificado ya por los parlamentos de Canadá, Dinamarca y Noruega, se pronunciaron ayer 554 diputados, mientras que 37 lo hicieron en contra y 30 se abstuvieron.Los dos grandes partidos alemanes, la Unión Cristiana Democrática (CDU) y el Partido Socialdemócrata (SPD), fueron claros en sus posturas, con mínimas excepciones: defendieron la ampliación en nombre de la estabilidad en Europa, y rechazaron la tesis de la marginación de Rusia. En nombre del Gobierno, el ministro de Exteriores, el liberal Klaus Kinkel, manifestó que Alemania tiene el deber histórico y moral de apoyar el ingreso de los países del Este de Europa en la OTAN y en la Unión Europea. El ministro de Defensa, Vlker Rühe, sostuvo que la incorporación de nuevos miembros de la OTAN debe equilibrarse mediante una asociación con Rusia y Ucrania.
El Partido del Socialismo Democrático (SDP), formado por los socialistas de la antigua República Democrática Alemana (RDA), fue también claro en sus posiciones y sus 28 diputados votaron en contra de la ampliación de la OTAN. Los Verdes, en cambio, repartieron sus votos entre todas las opciones posibles: catorce diputados votaron a favor; otros seis, en contra; la mayoría de ellos (25) se abstuvo y tres no se pronunciaron. Entre los que votaron a favor está el portavoz del grupo, Joschka Fischer, que hasta hace poco fue considerado como un posible ministro de Exteriores en una coalición gubernamental con el SPD.