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Lionel Jospin anuncia reformas electorales para frenar el avance de la extrema derecha

Mientras los partidos y organizaciones de izquierda preparan a marchas forzadas las grandes manifestaciones del sábado con el propósito de taponar la brecha abierta en el sistema por los pactos con el Frente Nacional (FN), el primer ministro francés, Lionel Jospin, anunció ayer que su Gobierno modificará el sistema electoral de las regionales para evitar que la ultraderecha siga ergiéndose en árbitro de la situación. Jospin se comprometió a acelerar las medidas y proyectos actualmente en curso destinados a modernizar y sanear el funcionamiento de la vida política.

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Indicó que tanto el proyecto de ley que limita la acumulación de candidatos como el de la reforma de la justicia serán presentados al Consejo de Ministros en la primea quincena del mes que viene. Ambas cuestiones, el escandoloso cúmulo de mandatos y la falta de independencia de la justicia, minan permanentemente la confianza ciudadana en la clase y el sistema político francés.Traumatizada por los pactos anudados entre una parte de la derecha y el partido de Le Pen, convencida de que se encuentra ante una crisis del régimen, posiblemente ante el final de una etapa histórica, Francia reacciona estos días, aunque consciente de las dificultades para, frenar la marea colaboracionista. Lo dijo ayer ante la Asamblea el propio Jospin: "La modificación del sistema de escrutinio no nos preserva contra el riesgo del extremismo ni contra la tentación de las alianzas". El primer ministro propuso a la izquierda y a la derecha trabajar conjuntamente para conjurar el peligro.

"Necesitamos trabajar conjuntamente, cada uno desde su sitio, para resistir al extremismo, sean cuales sean las formas de escrutinio", dijo, para a continuación indicar que la conmoción por lo sucedido y la crisis política abierta no debe paralizar los esfuerzos. "Al contrario", subrayó, 11 debemos movilizarnos para avanzar en esos objetivos". Jospin se mostró seguro de la posición de la izquierda y de su Gobierno, decididos, según él, "a trabajar en los terrenos de la renovación y de la democracia", evocados la víspera solemnemente por el presidente Jacques Chirac. El primer ministro dejó que la oposición respondiera directamente al problema interno de los pactos con el Frente Nacional.

La declaración de Chirac ha tenido el efecto de reforzar a todos aquellos dirigentes de la Unión por la República (RPR) y de la Unión para la Democracia Francesa (UDF) que se oponen a levantar las barreras que dividen la derecha republicana y al parido de Jean-Marie Le Pen y de estar figuradamente a la extrema derecha en el ostracismo. Su ntervención, entreverada de reproches a diestro y siniestro, ha ido acogida con general aprobación, si bien el primer secretario el Partido Socialista (PS), François Hollande, no pudo menos ayer que contestarle que no es precisamente la izquierda "la que ha gasolina al fuego". Hollande apuntó ayer que el mensaje sobre modernización de la vida política fue lanzado por Lionel Jospin "antes" de que los barones locales de la derecha pactaran con el FN.

Aunque la firme posición de la dirección de una RPR, conducida con mano firme por su presidente, Philippe Séguin, consiguió atajar en los días trascendentales la dinámica del pacto con la ultraderecha, resulta evidente que las bases del partido gaullista presentan una clara porosidad a las ideas del FN. En el otro partido de la oposición, la UDF, la debacle está a la vista. El vespertino Le Monde publicó ayer la noticia, confirmada implícitamente, de que uno de los barones rebeldes, Charles Millon, aceptó convertirse en presidente de Ródano-Alpes con los votos del FN tras obtener el respaldo del ex presidente de la República y figura de su partido Valéry Giscard d'Estaing.

Frente al clamor que exige su dimisión, Millon indicó ayer que antes de nada quiere conocer "la opinión de Giscard d'Estaing". La fractura de la UDF volvió a mostrarse descarnadamente ayer cuando la dividida ejecutiva se reunía para decidir formalmente expulsión de los cinco notables regionales que han pactado con Le Pen. Un total de 17 diputados respaldaron públicamente la actitud de Charles Millon. Sin embargo, tras horas de tensa deliberación, la ejecutiva de la UDF decidió ayer "pedir a los presidentes e región elegidos con los votos el FN que dimitan bajo pena de exclusión", según anunció su presidente, François Léotard. A última hora del martes, la UDF había retirado a su candidata a la presidencia del Consejo Regional de Île de France para evitar que saliera elegida con el apoyo del Frente Nacional, lo que permitió la elección del socialista Jean-Paul Huchon.

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