La OPEP actúa

UNA SEMANA después de que el barril de petróleo alcanzara su precio mínimo de los últimos nueve años, y ante el razonable temor de que pudiera acabar desplomándose, tres de los principales exportadores (Arabia Saudí, Venezuela y México) alcanzaron un acuerdo tendente a reducir la producción. Al acuerdo se han sumado más tarde nueve de los once miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y varios más que no forman parte del cartel. La excepción más significativa ha sido, por el momento, la de Noruega, segundo exportador mundial, tras Arabia Saudí, y productor de tres millones de barriles diarios. La reacción fue instantánea: el precio del barril de petróleo más común (el brent) subió ayer a más de 15 dólares, dos dólares por encima del precio medio de la pasada semana.Se trata del primer acuerdo efectivo entre productores -de dentro y fuera de la OPEP- desde 1986, y sus efectos, más allá de esa inicial reacción alcista, están todavía por ver. Los suscriptores del pacto, que estará en vigor desde el próximo 1 de abril hasta finales de año, confían en incorporar a la mayoría de países exportadores, de forma que se logre un recorte de unos dos millones de barriles diarios.

El aumento continuado en la oferta, la perspectiva de que Irak reinicie la exportación (en el contexto del acuerdo que intercambia petróleo por alimentos), el carácter más benigno del invierno en el hemisferio norte y la contracción en la demanda asiática han sido los factores principales de una caída de precios que en cinco meses ha hecho perder al petróleo un tercio de su valor. Un abaratamiento que ha ayudado a las economías industrializadas a mantener elevados niveles de crecimiento con una baja inflación.

El caso de España es paradigmático al respecto. En los últimos registros del IPC, los precios de la energía han desempeñado un papel esencial a favor, subrayando esas diferencias entre el comportamiento del índice general y la denominada inflación subyacente, que excluye los precios de la energía y los de los alimentos frescos. Si se produjesen elevaciones significativas en el precio del crudo se complicaría mucho el cumplimiento de esa senda de estabilidad por la que ha de discurrir obligatoriamente la economía española en su incorporación a la fase final de la Unión Monetaria. Algo ciertamente delicado en el actual contexto de laxitud monetaria a la que obliga la convergencia de tipos de interés a corto plazo.

El impacto en otras economías importadoras puede ser también significativo, siendo Japón una de las más seriamente afectadas de prosperar esa tendencia alcista. Las dificultades para avanzar en su proceso de recuperación pueden multiplicarse si el acuerdo de los productores de petróleo se consolida y los precios del crudo continúan una tendencia alcista. Ello conllevaría, de modo paralelo, repercusiones negativas en el resto de Asia, zona que todavía no se ha recuperado de las tensiones monetarias y económicas que se iniciaron el pasado verano.

Con todo, dada la tradición de los enfrentamientos entre los principales productores de petróleo, hay que ser cautos acerca del alcance y duración del acuerdo alcanzado el pasado fin de semana. El repunte observado en los precios en la jornada de hoy, siendo significativo, en modo alguno puede dar una idea de su futura evolución. La próxima reunión de la OPEP, probablemente esta misma semana, aportará muchos más elementos de juicio.