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Deep Purple celebra los 25 años de su clásico 'Made in Japan'

"Fuimos víctimas de la codicia de los 'managers", afirman

Diego A. Manrique

Deep Purple es algo más que un nombre perdido en las enciclopedias del rock. Aprovechando el 25 aniversario de su publicación, Emi está relanzando sus discos clásicos en versiones remasterizadas con temas extra, y la sorpresa es que venden más copias que cuando salieron en vinilo. Una grata anomalía que no tiene explicación para Jon Lord e lan Paice, teclista, y baterista de la formación original, que están de visita por España para presentar la nueva edición de Made in Japan, su legendario disco en directo.

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Sabiduría de veteranos

Para estos dos veteranos, supone un verdadero esfuerzo el recordar lo que ocurría hace un cuarto de siglo. Lord asegura que los primeros setenta son para él un periodo borroso, "hubo algún año en que grabamos un elepé e hicimos ¡seis giras! por Estados Unidos. No sé cómo lo pudimos soportar. Éramos víctimas de la codicia de unos managers que nos veían como esclavos. Nadie podía imaginar que íbamos a durar 25 años! ¡Demonios, yo no creía que aguantaríamos 25 meses! Era un ritmo de trabajo tan brutal que mi matrimonio no lo soportó".Paice recuerda que eran unos inocentes: "La primera vez que tocamos en San Francisco compartíamos cartel con Canned Heat. Su cantante, Bob Hite, me vio nervioso y me puso un porro en la boca. ¡Yo no había fumado ni siquiera tabaco! Lo siguiente es que salí al escenario y toqué muy, muy relajado. Los otros me mandaban miradas de furia y yo respondía con una sonrisa pegada a la cara". Lord extiende la confesión de inocencia hasta lo musical: "Grabamos una versión de Hey Joe y el personaje de la canción, un asesino, termina escapándose hacia México. Como no se me ocurría un fragmento de música mexicana, en la coda toqué algo de El sombrero de tres picos, de Falla, pensando: 'lo español y lo mexicano es parecido, ¿no?'. Hoy me muero de vergüenza al recordarlo, ya que adoro a Falla, Albéniz, Rodrigo, a los compositores que suenan más españoles".

Ambos instrumentistas conocen ahora algunas palabras españolas, debido a temporadas pasadas en Menorca. Han actuado también con grupos españoles, como Sex Museum, y están muy orgullosos de que tantos músicos hispanos consideren Made in Japan -y el tema Smoke on the water en particular- como parte esencial de su educación sentimental: "El rock es una tradición y cada músico debe honrar a sus predecesores. Nosotros también tocábamos temas de Little Richard, evidenciando nuestras raíces". De repente, empiezan a evocar detalles de aquella gira de 1972 por Japón: "Llegamos en un momento en que Japón era un país que todavía no había sucumbido a la cultura estadounidense, no había una hamburguesería en cada esquina. Éramos extraños en tierra extraña. Pero se esforzaban en mostrarnos su cultura, nos llevaron a un club de geishas [risas]. El promotor de los conciertos era hijo de un samuray y tal vez por eso nos sentimos predispuestos a tocar de forma heroica. Muchos solos, mucha intensidad. Eso es lo que hace única una grabación como Made in Japan

Sabiduria de veteranos

Han estado arriba, han caído, han vuelto a subir. ¿Tienen alguna enseñanza que valga la pena compartir? Lord: "No vivimos en el pasado, hemos aprendido del pasado. Por ejemplo, ahora nos podemos reír de cuando disfrutábamos a tope de ser rock stars. Años después, aprendes que viajar en un avión propio no tiene sentido económicamente. Lo único que tengo claro es que no vale la pena intentar tocar con Ritchie Blackmore [su célebre guitarista original]. Cuano volvió al grupo se empeñó en convertirlo en su propia banda, un error que todavía estamos pagando".Para que no haya duda de que Deep Purple es un ente vivo, el grupo sigue grabando nuevo material que presenta en directo al lado de sus clásicos. No les ofende que una formación actual, Kuía Shaker haya triunfado con na fotocopia de su adaptación de Hush: "Es una buena interpretación y tiene lógica. Muchas veces, los músicos jóvenes no saben componer, pero insisten en llenar discos con sus balbuceos. Cuando nosotros empezábamos, incluíamos versiones de canciones ajenas y quedaban discos aceptables, algo nuestro y algo prestado. ¡Los Beatles y los Stones hacían lo mismo! No es nada denigrante el tocar canciones de otros". Y no hay planes para jubilarse. Paice recuerda: "Me retiré durante un par de años y fue terrible: me aburría, me aburría. Si eres músico de verdad, no tiene sentido dejarlo hasta que estés en una silla de ruedas".

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