Papeles perdidos
Aunque algunos pudieran, España no puede gastar tanta electricidad, decía uno de los primeros y mejores lemas ecológicos, que convendría rescatar, no sólo respecto a las fuentes de energía, sino, entre otras materias primas, al papel. Entre quienes pierden los papeles, los derrochan, hay que denunciar por su inconsciencia a ciertas grandes superficies que inundan nuestros buzones con unos folletos abusivamente grandes y muy antiecológicos también por su calidad.A ese perjuicio a nuestros recursos hay que añadir, en este caso, la hostilidad que crea en los usuarios contra toda la publicidad por buzoneo, tan necesaria para el pequeño comercio y servicios de la zona (tan útiles, económicos y creadores de empleo); su artificial agotamiento de la capacidad de nuestros buzones hasta provocar atascos; e incluso el perjuicio que causan por inseguridad que provocan, al dar pistas a los ladrones de quienes nos ausentamos, aunque sea por pocos días, de nuestras casas (pues siguen enviando irresponsablemente su propaganda voluminosa incluso en Semana Santa o verano). En espera de que la autoridad competente regule los volúmenes máximos de esos impresos, sirva la creciente protesta ciudadana para ir moderando esos abusos-