Berlusconi rechaza la oferta de Murdoch para comprarle su imperio televisivo
El principal partido del Gobierno italiano veía con preocupación la venta de Mediaset
El empresario de la televisión privada italiana, Silvio Berlusconi, rechazó ayer ceder el control de Mediaset, el grupo al que pertenecen las tres cadenas de televisión privada más importantes de Italia -Canal 5, Italia 1 y Rete 4-, al magnate norteamericano de origen australiano de los medios de comunicación, Rupert Murdoch. En una entrevista telefónica emitida por el informativo de Canal 5, el propio Berlusconi atribuyó a razones sentimentales -"de corazón"- su negativa a vender el 50,6% del capital de Mediaset, que posee a través del grupo Fininvest.
La declaración de Berlusconi se produjo una hora después de que un comunicado del grupo milanés diera por rotas las negociaciones entre ambos empresarios, confirmando una información previa procedente de Lóndres. Fuentes de News International, la división europea de Murdoch, atribuyeron la ruptura a un desacuerdo en el precio. La prensa italiana había hablado de más de 600.000 millones de pesetas por el 50,6% de Mediaset, cantidad superior a la ofrecida por Murdoch.Se cierra así, con un nuevo fracaso, el segundo intento de Murdoch por hacerse con el control de la principal empresa privada de televisión italiana. El primero se remonta al verano de 1995, pero todas las partes implicadas en la segunda negociación coinciden en señalar que ésta ha sido mucho más seria.
Tras semanas de especulaciones y desmentidos, el propio Berlusconi reconoció ayer haberse entrevistado personalmente en su domicilio de Arcore (cerca de Milán), el pasado lunes, con Murdoch. Berlusconi reconoció que la oferta de Murdoch "era de varios billones de liras, una cantidad en consonancia con la valoración en Bolsa de Mediaset", dijo.
Pero, según las palabras del propio empresario, no habrían sido razones económicas, sino "de corazón", las que habrían llevado al líder de Forza Italia y ex primer ministro italiano a decir no a Murdoch.
Berlusconi reconoció que el trato había comenzado sobre la hipótesis de cesión de una parte del paquete accionarial de Mediaset en manos del grupo Fininvest, "pero la oferta de Murdoch ha sido sobre el total", añadió. En las últimas horas se habían escuchado voces de preocupación procedentes de la coalición del Olivo que gobierna Italia, ante una eventual venta del principal grupo de televisión privada del país a un extranjero. La responsable de comunicación del principal grupo de Gobierno, el Partido Democrático de la Izquierda (PDS), Giovanna Melandri, había expresado la inquietud del Gobierno por este hecho. Paradójicamente, Berlusconi se enfrenta a un conflicto de intereses en su doble cualidad de empresario y político, un conflicto sobre el que está abierto un debate en el Parlamento.
Eran muchos los escollos de una operación en la que Murdoch ha contado con el asesoramiento de la Banca Lazard y del ex presidente de Telecom Italia, Guido Rossi, mientras la Banca Morgan Stanley se ha encargado de asesorar al Grupo Fininvest. Para empezar, el magnate de origen australiano y nacionalizado estadounidense no podía, de acuerdo con la ley, hacerse con más del 25% del capital de una empresa europea como es Mediaset. De ahí que algunos diarios italianos especularan ayer con la hipótesis de una compra encubierta a través del Grupo alemán Kirch, que posee una pequeña participación en Mediaset; o, incluso, a través del canal de televisión privada británico BSkyB, que controla el propio Murdoch. Un portavoz de Kirch desmintió su participación en una operación como esa.
De otro lado, la compra del paquete de control obligaba a Murdoch a lanzar una Oferta Pública de Acquisición en la Bolsa de las restantes acciones de Mediaset, con lo cual habría tenido que pagar 1,4 billones de pesetas, aproximadamente. Una cantidad abrumadora incluso para un gigante que controla medios, editoriales y compañías de cine en cuatro continentes.
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