Lírica de guitarras y voces
En plena fiebre de retorno del sonido de los ochenta, los seguidores madrileños del estilo conocido como power pop acudieron en masa a contemplar en directo por primera vez en nuestro país a una de las bandas legendarias del género. A pesar de su cortísima primera etapa vital -de1979 a 1982-, The Records pasaron enseguida a formar parte por derecho del parnaso de la nueva ola y todo ello gracias a una canción, Starry eyes, que encierra en su simple estructura de tres acordes todos los misterios de una forma de hacer música que nació con Los Beatles, aunque ha venido desarrollándose con profusión varias décadas después gracias a multitud de enamorados de la lírica de las guitarras eléctricas y las voces empastadas.De la formación original del grupo sólo queda en activo el cantante John Wicks, siendo el resto de componentes -guitarra, bajo y batería- muy jóvenes y reclutados en la inagotable cantera norteamericana. Wicks, dueño de una garganta dulce y característica por la que -ley de vida- han pasado 20 años, presentó en vivo los temas de Rockola, el disco que le devuelve a la carretera y que tiene la peculiaridad de haberse estrenado en España antes que en ningún otro sitio.
John Wicks & The Records
John Wicks & The Records y The Mockers. Sala Moby Dick. 1.200 pesetas. Madrid, miércoles 11 de marzo.
Wicks hizo un concierto caliente que retrotraía, por sonido y estribillos, a épocas más ingenuas y a maneras de hacer música más artesanas. Temas nuevos y magníficos como Union Jack, Her stars are my stars o Liverpool 6512 lucieron esplendorosamente junto a clásicos del grupo como Teenarama o la citada Starry eyes, haciendo las delicias de un público que sudó apretujado hasta el último acorde.
Babelia
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