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EE UU quiere castigar a Milosevic por la represión de albaneses en Kosovo

La violencia remitió ayer en la región de Kosovo, donde representantes del Comité Internacional de la Cruz Roja pudieron entrar por vez primera en las aldeas azotadas por la represión de la policía serbia. El presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, se ha manifestado contrario a toda injerencia extranjera en el conflicto que afecta a la mayoría de origen albanés. Mientras, Estados Unidos, Francia y Alemania se muestran de acuerdo en actuar sin más dilaciones y Washington sugiere medidas punitivas contra Serbia.

La secretaria de Estado de Estados Unidos, Madeleine Albright, completó ayer en Bonn y París la gira para perfilar la reunión que hoy tendrá el Grupo de Contacto en Londres. Albright instó en Bonn a la comunidad internacional a actuar rápidamente para frenar la violencia en Kosovo antes de que el conflicto se extienda por el resto de los Balcanes. Albright se entrevistó con su colega alemán, Klaus Kinkel, y por la tarde, en París, con el titular de Exteriores francés, Hubert Védrine.Los ministros de Exteriores de los países del Grupo de Contacto (EE UU, Rusia, Francia, Italia, Alemania y Reino Unido) estudiarán hoy, en Londres, "un paquete de medidas punitivas" para forzar a Serbia a una solución pacífica del problema, declaró Albright sin precisar la clase de medidas. "Hemos intentado convencer a Milosevic de la necesidad de entablar un diálogo con los líderes albaneses de Kosovo que ponga fin a esta situación explosiva, pero lamentablemente no sólo no ha entendido el mensaje, sino que su respuesta ha sido brutal", afirmó la jefe de la diplomacia estadounidense. "Hay que actuar con celeridad y severidad", afirmó en París tras su reunión con Védrine. En esa línea se expresó el presidente francés, Jacques Chirac, quien en un comunicado instó a una "reacción urgente y decidida de la comunidad internacional". "No podemos tolerar un nuevo estallido de odio étnico en nuestro continente", sentenció.

Alemania, declaró ayer el ministro Kinkel, cree imperativo que las autoridades de Belgrado y los representantes kosovares se re unan, a negociar. Kinkel expuso una serie de medidas que presentará a sus colegas del Grupo de Contacto: una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU; ampliación del mandato de las fuerzas de paz de la ONU en Macedonia, donde hay una minoría albanesa; envío de una misión a Kosovo presidida por el ex presidente del Gobierno español Felipe González y una reunión de los ministros de la región de los Balcanes con el Grupo de Contacto.

Milosevic reafirmó, por su parte, que el problema de Kosovo sólo puede solucionarse dentro del contexto de Serbia. "Eso incluye también medidas para suprimir las actividades de los terroristas albaneses, emprendidas por los órganos estatales", manifestó el presidente yugoslavo durante una reunión ayer con el ministro, de Exteriores turco, Ismail Cem. Este se desplazó a Belgrado con un mensaje del presidente Suleimán Demirel, que asegura que Turquía no se quedará indiferente ante la crisis. El jefe de la diplomacia turca afirmó después de la entrevista que Milosevic se manifestó receptivo a "ciertas sugerencias". Cem dijo que un primer paso sería la aplicación del previsto acuerdo sobre la enseñanza.

Entretanto, representantes de la Cruz Roja Internacional entraron ayer en las aldeas atacadas por los serbios la pasada semana para tratar de paliar las necesidades más urgentes de víveres y agua, que escasean. Los partidos políticos albaneses han convocado para hoy manifestaciones pacíficas en todo Kosovo.

Grecia ha ofrecido su mediación en la crisis, informa Sonia Arias desde Atenas. Además de su mediación, el Gobierno griego ha propuesto un plan para reducir la tensión consistente en la aplicación de tres puntos: permitir la enseñanza en albanés, introducción de un sistema de autonomía regional y una reunión entre los principales representantes de Yugoslavia y Albania.

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