La mayoría de los trabajadores temporales accidentados hacía labores ajenas a su contrato
Los inspectores del Ministerio de Trabajo que han investigado las condiciones laborales de los obreros contratados por las empresas de trabajo temporal (ETT) en la Comunidad de Madrid han llegado a una grave conclusión: no se cumple lo que se firma. Además, en el contrato del temporero no figura muchas veces ni la duración ni el índice de peligrosidad del trabajo. La mayor parte de los accidentes laborales graves sufridos por esta clase de empleados, según los inspectores, se produce porque aquéllos llevan a cabo labores que no figuraban en su contrato.
El informe de los inspectores, fechado el 26 de febrero, no especifica ni el número de casos investigados ni la cifra de infracciones descubiertas, y abarca visitas efectuadas desde julio de 1997. Está dividido en tres partes (condiciones de trabajo, seguridad e higiene y seguridad social) e incide, por lo general, en un mismo problema: no existe correspondencia entre lo que firman las dos empresas (la ETT que se encarga de reclutar al obrero y la usuaria, la que lo emplea efectivamente) y lo que luego se lleva a cabo en el puesto de trabajo.Los inspectores achacan que la "responsabilidad fundamental es de las empresas usuarias, que vienen utilizando esta fórmula contractual para supuestos que van más allá de los legalmente permitidos".
Pilar Sánchez, del servicio jurídico de UGT, afirmó ayer que esta situación se debe "a la precariedad laboral. "Una empresa necesita un obrero para algo específico y llama a una ETT, que manda a otro que no está cualificado. Ambas empresas se ahorran así dinero, y el trabajador no denuncia el hecho porque necesita el sueldo", añadió Sánchez.
El informe denuncia que en los contratos que firman la empresa usuaria y la ETT "no se identifican los riesgos existentes ni los medios de protección a utilizar". "Se suelen usar definiciones genéricas [para definir los peligros], tales como 'no existen riesgos' o 'los propios del puesto", prosigue el escrito.
Los inspectores también han constatado que, en cuanto a Ia duración de estos contratos, se suele hacer constar una estimada que en muchas ocasiones no se corresponde con la realidad".
Información sobre riesgos
En lo que respecta al capítulo de seguridad e higiene, el informe apunta que los obreros contratados por empresas de trabajo temporal y luego cedidos "no solían" recibir información sobre los riesgos. Los inspectores, no obstante, matizan que "en la actualidad parece invertirse esa situación y la obligación va siendo asumida lentamente, en particular cuando el trabajador se pone a disposición en empresas industriales o del sector de construcción".Con todo, los delegados del Ministerio de Trabajo son contundentes a la hora de evaluar los accidentes graves. En el caso de trabajadores contratados por las ETT y luego cedidos, este tipo de accidentes "se producen en su mayor parte por su adscripción a realizar distintas tareas de las que se hacen constar en los correspondientes contratos". Los inspectores también apuntan que "la ropa de trabajo deja frecuentemente de suministrarse por las empresas usuarias, mientras que sí se entrega a los de plantilla". Es decir, la ropa, esencial en materia de seguridad, según la especialista de UGT, se la costean los mismos obreros contratados por las empresas de trabajo temporal. O, lo que es peor, Ios contratados, al final, no usan ropa especial por no pagarla", afirma Sánchez. El informe también deja claro que "se siguen incumpliendo obligaciones en materia de reconocimiento médico".
En un escrito parecido, aunque anterior a julio de 1997, los inspectores investigaron 352 casos, encontrando 142 denunciables. En total, según datos de UGT, en Madrid existen alrededor de 130.000 trabajadores contratados por empresas de trabajo temporal, lo que representa el 12% del total de asalariados de la región. En la capital operan 186 firmas de esta clase.
Por sectores, y con datos de 1996 de la Consejería de Economía, la rama de hostelería es la que más emplea este sistema de contratación, seguida por la de las actividades recreativas, los transportes y la construcción. El 50% de los obreros contratados por las empresas de trabajo temporal tiene menos de 24 años y la duración de su empleo no excede de los cinco días. Además, el 60% de estos trabajadores no ha cursado más allá de la educación general básica.
"Es un mito eso de que mediante estas empresas se forma al trabajador, cuando lo que suele pasar es lo contrario", denunció Sánchez, que concluyó: "Muchos son jóvenes que tienen que aceptar lo que se les ofrece sin oponer resistencia porque no les queda otra alternativa".
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