Un nuevo ataque paramilitar causa dos muertos y tres heridos en un bar católico del Ulster

Pistoleros enmascarados y blandiendo armas automáticas irrumpieron anoche en un bar católico del Ulster y acribillaron a balazos a dos clientes antes de darse a la fuga sin dejar rastro. Uno de ellos era católico, y otro protestante, ambos aparentemente amigos. Escuetos informes policiales dieron a entender que el doble asesinato fue obra de paramilitares protestantes. Otras tres personas resultaron heridas. Ninguna de las bandas de unionistas se adjudicó la responsabilidad del ataque, que puede tener un efecto devastador en el frágil proceso de paz en Irlanda del Norte.

El asalto al Railway Bar de la aldea de Poyntzpass, en las afueras de Newry, condado de Down, eleva a 13 el número de muertos en el Ulster desde el estallido de la violenta campaña emprendida por lealistas protestantes contra republicanos católicos de Belfast a fines de diciembre.El más reciente espasmo de violencia se registra al día siguiente de la reapertura formal de las negociaciones de paz en el Castillo de Stormont, aunque sin la participación crucial del Sinn Fein, el frente político del Ejército Republicano Irlandés (IRA) que ha sido suspendido hasta el 9 de marzo por su supuesta complicidad con el asesinato de dos protestantes en Belfast el mes pasado.

El Railway Bar es propiedad del hermano de un concejal del Partido Socialdemócrata (SLDP), aliado táctico del Sinn Fein. "No hay duda de que los asesinos son esos paramilitares lealistas", declaró a la radio un residente de Newry, donde anoche la policía desplegó un imponente dispositivo para tratar de atrapar a los culpables. "En toda Irlanda del Norte se viven momentos extremadamente tensos", agregó.

Los Gobiernos de Londres y Dublín, que patrocinan el proceso de paz, así como los representantes de las ocho facciones rivales que se han sumado al proyecto, condenaron enérgicamente el doble asesinato y exhortaron a mantener la calma. En medios republicanos existe certeza de que el crimen va a aumentar inevitablemente la presión para que el Sinn Fein abandone definitivamente la mesa de negociaciones en señal de protesta por lo que se percibe como el predominio de una política de mano blanda hacia los extremistas protestantes de Irlanda del Norte.

A pesar de los pronósticos optimistas realizados hace tres días por la ministra británica para Irlanda del Norte, Mo Mowlam, el proceso de paz está más amenazado que nunca. El lunes, la policía de la República de Irlanda descubrió un coche bomba aparentemente destinado a la aldea de Hackballscross, bastión de fuerzas republicanas. Una de ellas es el Comando de Continuidad Militar (o IRA-Continuidad), una facción disidente del IRA empeñada en poner fin a la tregua decretada hace siete meses.

En otro incidente registrado ayer, un obrero católico de la aldea de Toomebridge, 50 kilómetros al oeste de Belfast, se salvó de milagro cuando un enmascarado le encañonó con una pistola, apretó el gatillo pero el arma se encasquilló.

[El líder del Sinn Fein, Gerry Adams, ha obtenido un visado para viajar a Estados Unidos, pero ha decidido no utilizarlo, informó ayer la agencia France Presse desde Washington. Gerry Adams había solicitado el visado el mes pasado, antes de la exclusión de su partido de la negociación.]