La televisión sigue siendo nutritiva
Coincidiendo con el decimoquinto cumpleaños de sello discográfico Lollipop, que atesora alguno de los mejores momentos musicales del reciente pop español, una formación histórica del tecno nacional, revivió y ofreció un buen recordatorio en directo de quiénes fueron en este país los primeros en ensalzar la colaboración entre músico y máquina. El Aviadro Dro nació hace 19 años de la curiosidad futurista de Servando Carballar y un puñado de colegas, convertidos a la fe de una estética industrial y agresiva y manejando conceptos tan críticos en el fondo, como cínicos en su forma de expresión. El tema Nucler, si, por supuesto, levantó ampollas entre los progres de la época.Ahora, cuatro años depués de su última actuación, Servando Carballar y sus tres asociados obreros especializados refrescaron la memoria a un nutrido grupo de espectadores, que mostraban a las claras el haber sido en alguna fase de su vida, fans del grupo. Aunque, eso sí, ahora muy tecnos, muy tecnos, no suelen ir vestidos. De hecho, también se encontraban entre los asistentes varios miembros de la formación original del grupo, como para dar a la velada un componente decididamente nostálgico.
Aviador Dro
Sala Galileo. 1.300 pesetas. Madrid, sábado 28 de febrero.
El grupo realizó en hora y media un vuelo rasante por su extenso repertorio, lleno de canciones en las que las melodías suenan hoy -a la vista de aquello en lo que ha devenido la música maquinal- casi candorosa. Las historias que relatan Programa en espiral, Néstor el Cyborg, Amor industrial o la siempre bella Selector de frecuencias poseen el regusto a los relatos de H.G. Wells, que no han terminado cumpliéndose al pie de la letra, pero a las que nadie ni nada puede arrebatar su fascinante romanticismo. Empero, eso sí, algo algo que previno el glorioso Aviador Dro y que aún sigue plenamente vigente: la televisión, hoy más que nunca, sigue siendo nutritiva.
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