Clinton da su apoyo a una ley para incorporar Puerto Rico a EE UU
Bill Clinton se ha declarado partidario de que Washington permita a los puertorriqueños optar por la posibilidad de convertirse en el 51º Estado de la Unión. Y ha añadido que, un siglo después de su conquista por EE UU, la Casa Blanca está dispuesta a aceptar la plena incorporación de esa isla caribeña a la nación norteamericana.
En un discurso pronunciado en la noche del lunes ante un grupo de gobernadores demócratas reunidos en Washington, Clinton afirmó: "Ya es hora de que respondamos a las aspiraciones de los cuatro millones de ciudadanos estadounidenses que viven en Puerto Rico y les permitamos decidir su definitivo estatuto político". "El pueblo de Puerto Rico", añadió, "debe escoger por sí mismo qué relación desea con EE UU y el Congreso debe darle la oportunidad de hacerlo".La Cámara de Representantes debe votar el mes próximo una propuesta de ley que daría a los 3,8 millones de habitantes de Puerto Rico el derecho a celebrar este año un nuevo plebiscito para decidir si quieren seguir siendo Estado Libre Asociado con Estados Unidos, si desean integrarse plenamente en la Unión o si prefieren la independencia. Las consultas populares celebradas en la isla en 1967 y 1993 dieron la mayoría al mantenimiento de la actual situación de Estado Libre Asociado, pero en la última los partidarios de la conversión en Estado de pleno derecho registraron un notable avance. Los sondeos dicen que podrían ganar una tercera consulta.
La perspectiva de que los puertorriqueños opten por convertirse en el 51º Estado aterra a muchos sectores de la mayoritaria cultura anglosajona. Creen que la plena incorporación de la isla supondría el gran caballo de Troya de la cultura hispana en EE UU, que podría terminar convirtiéndose de modo oficial en lo que ya es en la realidad: un país bilingüe.
Clinton cogió ese toro por los cuernos el lunes. "Algunos ponen en cuestión la posibilidad de la conversión de Puerto Rico en Estado por el hecho de que tiene una cultura hispana. Pero con todos mis respetos, no estoy de acuerdo con ellos. Después de todo, éste [la aceptación de la realidad multicultural de EE UU] es uno de los asuntos del siglo XXI norteamericano", afirmó rotundo.
"Después de haber convertido a los puertorriqueños en ciudadanos de EE UU, haberles integrado en las Fuerzas Armadas y aplicarles la mayoría de nuestras leyes, utilizar su cultura para negarles el derecho de voto estaría mal", dijo Clinton.
Grupos derechistas están haciendo campana en EE UU contra "las devastadoras consecuencias" de la posible entrada de Puerto Rico en la Unión. Auguran que lo que sería el primer Estado hispano se convertiría en "una especie de Quebec", forzando el bilingüismo oficial y provocando el separatismo.
Puerto Rico fue incorporado a EE UU como colonia con gobierno propio en 1898 y se convirtió en Estado Libre Asociado en 1952. Los puertorriqueños son ciudadanos estadounidenses desde 1917, lo que implica que viajan con pasaporte norteamericano y pueden instalarse a vivir y trabajar en el territorio continental sin necesidad de permiso. Pero no pueden votar en las elecciones presidenciales de EE UU y tampoco pagan impuestos federales. La isla ha celebrado dos plebiscitos. En el de 1967 el mantenmiento del statu quo obtuvo el 60,41% de los votos; la conversión en Estado, el 38,98%, y la independencia, el 0,60%. En el de 1993, esos porcentajes fueron, respectivamente, del 48,4%, 46,2% y 4,4%.
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