La genética da la razón a Darwin

Los pinzones de las islas Galápagos constituyeron un argumento básico para la teoría de la evolución de los seres vivos que Charles Darwin estableció el siglo pasado tras su visita a estas remotas islas a más de 1.000 kilómetros de la costa de Ecuador. Ahora, la genética molecular ha confirmado el parentesco entre estos pájaros, el hecho de que provienen de un antepasado común en el continente americano y ha permitido datar los cambios que sufrieron para adaptarse a su hábitat hasta convertirse en 13 especies distintas. Este estudio es un ejemplo de la aportación de la genética a la clasificación de los seres vivos cuyos cambios son objeto de un congreso que se celebra en Madrid, organizado por la Fundación Ramón Areces.

La genética está confirmando en unos casos y revolucionando en algunos otros la taxonomía, la rama de la biología que clasifica los seres vivos y que resulta imprescindible para estudiarlos, utilizarlos y conservarlos, explica Antonio Arnaiz, coordinador del simposio junto a Jan Klein. En el caso de los seres humanos, la combinación de genética y lenguaje aporta nuevos conocimientos, como subrayó ayer un reconocido especialista, Luigi Cavalli Sforza, promotor del estudio de la diversidad del genoma humano. "La idea de especie es una idea natural", explica Arnaiz, "está en todas las civilizaciones, porque el género humano depende de las especies que tiene a su alrededor". Arnaiz va un poco más allá al decir que cuando empiezan a extinguirse a gran escala las especies de nuestro alrededor, el ser humano sabrá quesu fin como especie está próximo, pero que eso no finalizará la vida en la Tierra, que ya se ha recuperado grandes extinciones.

Los ejemplos cambios en la clasificación de los seres vivos existen en todos los reinos, el máximo escalón, pero resulta especialmente llamativo el ingreso de las archaea, microorganismos que no son ni bacterias ni organismos eucariotas (hongos, plantas y animales superiores) pero que eran desconocidos hace sólo 20 años. Se trata de microbios que viven en condiciones extremas,como las que rodear los volcanes submarinos, y que se suponen muy primitivos. "Sin embargo, ya no se dice que en las archaea puede estar el origen de la vida", dice Michell L. Sogin, de EE UU. "Lo más probable es que se encuentre en las bacterias, mientras que el análisis genético de las archaea indica que se encuentran más cercanas a los genes de las células eucariotas. Sí es verdad es que las ramas de ambas, bacterias y archaea que más se remontan en el tiempo son termófilas, adaptadas a vivir en ambientes muy calientes, que debieron ser los iniciales".

La clasificación de los seres vivos ha sido siempre objeto de vivas discusiones, incluso después de que el fundador de la taxonomía, el botánico sueco Linneo, sentara las bases de la vigente. Ahora, las discusiones abarcan también los métodos de filogenia molecular, los análisis genéticos que permiten establecer árboles familiares, la relación de proximidad entre especies y cómo se han separado a lo largo de la evolución.

Un método basado en el ADN mitocondrial. ha permitido al alemán Klein y su amplio equipo confirmar genéticamente que el antepasado de los pinzones de las Galápagos es el de un pájaro continental actual y que los primeros pinzones (al menos unos 40 individuos reproductores, pero probablemente varios cientos de ellos) llegaron a las islas hace tres millones de años.

La divergencia entre las especies de los Galápagos -los cambios genéticos derivados de su adaptación a las condiciones de vida que llevaron a que, por ejemplo, presenten picos de formas diferentes- no empezó, sin embargo, hasta hace 1,5 millones de años y la separación entre las especies que viven en los árboles y las que viven en tierra tuvo lugar hace menos de un millón de años. Además, se ha encontrado que el pinzón de otra isla, la de Cocos, está más relacionado con los pinzones que viven en los árboles de las Galápagos, al contrario de lo que se creía y que se ha separado de ellos recientemente.