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Desconcierto de los científicos por el gran número de cetáceos varados en las playas

El fenómeno de 'El Niño' o un seísmo, oceánico se citan como posibles causas

Se parecen a Moby Dick, aquel cachalote albino. Pero, al contrario de la temible descripción de Herman Melville sobre el gigantesco animal que acabó vengándose de los arponazos de Ahab ahorcándole con la estacha, los cachalotes varados en las playas de Tasmania (Australia) no son rencorosos. Han llegado a morirse sin que los científicos acierten a explicar la causa. Una enfermedad del guía de la manada; o fallos de su radar, o seismos marítimos... pueden ser la causa del varamiento de estos animales acostumbrados a vivir en las profundidades del océano.

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Empieza a parecer frecuente que los cetáceos encallen en las playas, pero desde luego no lo es que les ocurra por decenas como ha ocurrido la semana pasada en la isla de Tasmania."Es terrible. Son varamientos activos de animales que llegan vivos con sus crías en manada", se lamenta Michel André, experto en cetáceos y profesor de Veterinaria de Las Palmas. André, como otros colegas, ignora las razones de este suceso, pero baraja variados motivos. Que el cachalote-guía que capitanea el grupo vea alterado su sistema nervioso (radar) por la contaminación o por algún movimiento sísmico oceánico.

Jaume Forcada, de la Universidad de Barcelona, asegura que hay muchas hipótesis pero ninguna certeza. Coincide en que los varamientos masivos sólo se producen entre cetáceos con dientes, que son los gregarios, como lo cachalotes, las ballenas piloto (calderones) o las falsas orcas, dirigidos siempre por un líder. Si éste falla, toda la manada se va a pique. Y una vez muertos es difícil averiguar la causa, a no ser que se haya producido una infección parasitaria.

En unos animales acostumbrados a buscar su alimento (calamares gigantes de 14 metros) en profundidades de hasta 2.000 metros, aparecer sobre una playa es buscarse la muerte. Carecen de esternón, y sus costillas no están entrelazadas, de modo que si se ven obligados a reposar en un medio no acuático su enorme peso -hasta 80 toneladas- les aplasta el tórax y se asfixian.

Otra explicación atribuye la desorientación del líder a los campos magnéticos. Según esta teoría mencionada por Forcada, los cetáceos que viven en manada se guían por estos campos, normalmente paralelos a las costas. Pero en determinados lugares son perpendiculares. Así el líder conduce a la manada hacia contornos marítimos de muy poca profundidad -un metro- donde quedan mortalmente atrapados.

El varamiento también se relaciona con alteraciones del sistema nervioso del líder por maniobras militares, estallidos de minas submarinas o movimientos sísmicos. En cuanto al efecto de El Niño (calentamiento del océano), sí se ha comprobado en focas, delfines o leones marinos que se quedan sin alimento al desplazarse los bancos de pesca -de los que se nutren en la costa-, hacia aguas más frías y alejadas. Muchos acaban muriéndose de hambre.

Los varamientos de ballenas siempre ocurren aisladamente (no son gregarias), pero el fenómeno masivo. de Tasmania cachalotes- también es rarísimo para Ricardo Aguilar, de Greenpeace. Se habían dado episodios aislados en el mar del Norte; en un siglo se dieron unos quince casos; pero en medio año se han producido ya dos o tres. Y la rareza del varamiento masivo se suma a otro hecho inaudito según Aguilar: que un grupo de 25 orcas haya atacado a una manada de cachalotes, cuando éstos las doblan en envergadura.

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