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Reportaje:

50.000 miopes españoles recurren cada año a la cirugía correctora con láser

La operación, considerada por algunos sólo estética, cuesta 500.000 pesetas

Pasar de ser corto de vista a ver como un lince, sin necesidad de gafas, es aparentemente sencillo. Basta con acudir a la cirugía con láser (un haz de luz que corta con mucha precisión). Apenas entraña molestias, no necesita anestesia general y el paciente, recién operado, se va a su casa. Pero esta intervención ni se libra de algunas complicaciones ni la financia la Seguridad Social. Lo que para algunos especialistas no pasa de ser una operación meramente estética, para otros elimina los riesgos del uso continuado de las lentillas, además de ser la alternativa a llevar gafas.En España, el 20% de la población es miope -unos seis millones-, según la Sociedad Española de Oftalmología, de los cuales unos 50.000 recurren al año a esta microcirugía con láser que, por otra parte, no es apta para pacientes que ven en ella la solución a sus males visuales. La hipermetropía y el astigmatismo también se benefician de esta técnica. Desde que se implantó en España, hace diez años, creó muchas expectativas. Algunas, tramposas: en 1993, unos 16.000 españoles no dudaron en subirse a un barco en Gibraltar y ponerse en manos de oftalmólogos rusos -no homologados para acabar con sus dioptrías como por arte de magia.

El láser que se utiliza es uno de última generación, denominado Excímer, y puede aplicarse utilizando dos técnicas: la PRK (queratectomía fotorrefractiva) y la Lasik (láser in situ queratomileúsis, del griego querato, córnea, y mileúsis, esculpir). Porque para corregir el defecto visual el objetivo de la intervención es "cambiar la forma de la córnea", explica José Luis Güell, cirujano del Instituto de Microcirugía Ocular, de Barcelona.

Sin dolor

Según el número de dioptrías que tenga el paciente se optará por una de las dos técnicas. Si se tiene menos de cinco se aplicará la PRK, que consigue alisar la parte más elevada de la córnea, algo cóncava, propia de los miopes. Esta técnica es la más sencilla, pero más molesta para el paciente. A partir de 5 y hasta 19 dioptrías se recomienda la Lasik, "algo más complicada, pero sin ningún dolor para el paciente y con una recuperación inmediata", según Güell. Ésta consiste en levantar el casquete de la córnea mediante un corte y aplicar el láser en su interior.En ambos casos el tratamiento es ambulante. "El paciente viene de casa con un tranquilizante y se le anestesia con colirio", observan los oftalmólogos Javier Bueno y Valentín Jiménez, del centro médico La Zarzuela, de Madrid. "Después se le coloca en un sillón con la vista fijada en un punto, sin parpadear, y en menos de dos minutos se le han intervenido ambos ojos". El posoperatorio "es muy bueno", aseguran. Pero si a las 24 horas la córnea no ha cicatrizado, necesitará administrarle antibióticos y corticoides suaves.

Los indeseados efectos secundarios de las intervenciones con láser pueden ser: "Regresión parcial del efecto, en un 10% -15% de los casos, dice Güell. Es decir, que no se consiga reducir todas las dioptrías. O que tras la operación disminuya la capacidad visual debido a una infección, inflamación o alteraciones en el filete que se ha levantado de la córnea. "Pero estas complicaciones no se deben a la técnica", continúa este especialista, "sino a la experiencia del equipo, y siempre hay posibilidades de reintervenir". Y puestos en lo peor -llegar a perder el ojo- es casi imposible, según los especialistas. El porcentaje de éxito de esta cirugía se estima en torno al 80% en pacientes con menos de cinco dioptrías y del 70% en aquellos que arrastren 12 o 13.

"Yo no me he planteado nunca operarme y llevo gafas desde los 10 años", declara el presidente de la Sociedad Española de Oftalmología, Julián García Sánchez. "No es que no sea partidiario, es que no se lo aconsejo a todos los que quieren hacerlo, y de cada 10 pacientes que lo desean seleccionamos sólo a dos o tres. Es cirugía estética y como tal hay que considerla. Si la persona no tiene problemas estéticos, lo normal es que use gafas. Y sólo cuando exista intolerancia a las lentillas o por criterios profesionales, como que se quiera ser aviador o marino, está indicada", zanja el presidente de los oftalmólogos españoles.

Candidatos idóneos

"El uso continuado de lentillas tiene más riesgo", responde Maite Iradier, cirujana oftalmóloga del hospital clínico de San Carlos, de Madrid. Para esta cirujana, el candidato ideal para someterse a una operación con láser es: mayor de 20 años y menor de 40, y cuántas más dioptrías sufra, mejor candidato. Por el contrario, Iradier opina que no deben operarse los que, además de ser miopes, padezcan otra patología ocular y, en principio, los que superen los 45 años tampoco deberían recurrir a este tratamiento.Para éstos hay otras técnicas también llamadas refractivas: lentes intraoculares y cirugía del cristalino. "Al recientemente fallecido en Colombia José Ignacio Barraquer le debemos todo lo que hacemos ahora, él fue el pionero", recuerda Iradier. En España, de los 3.500 oftalmólogos que existen, unos 100 le han seguido la senda, incorporando el láser.

El montante que tiene que desembolsar el paciente es de 250.000 pesetas por cada ojo, aproximadamente. Más o menos a precio europeo, según los especialistas españoles. Salvo en Alemania, Italia y Holanda, "muy caros", o algunas zonas de Francia, "más baratas".

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