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Un estudio con 34.000 franceses prueba que el consumo moderado de vino reduce un 20% el riesgo de cáncer

Un consumo moderado de vino abre las puertas a una vida más larga y protege de ciertas enfermedades, como el cáncer, el infarto de miocardio o los accidentes circulatorios cerebrales. Esta protección ya se ha venido sustentanto con resultados de distintos tipos de análisis epidemiológicos en los países latinos, consumidores de vino y de la hoy tan valorada dieta mediterránea. Ahora, el profesor Serge Renaud llega a la conclusión después de realizar el más amplio estudio jamás emprendido sobre la cuestión. A lo largo de 20 años ha podido seguir la evolución de la salud de un grupo de 34.000 hombres de edades comprendidas entre los 40 y 60 años.El resultado es que aquellas personas que consumen regularmente entre dos y tres vasos de vino diarios están un 30% más protegidos que los abstemios frente al riesgo de padecer alguna de las enfermedades citadas.

Esa dosis señalada de tres vasos diarios de vino es adecuada para hombres adultos pero, en el caso de las mujeres o de los jóvenes, la dosis tiene que revisarse a la baja en función del peso corporal. La bondad relativa del vino es más alta -un 30%- cuando se habla de crisis ligadas a problemas cardíacos que cuando se trata de eliminar el riesgo de tumores malignos, donde ya desciende a un 20%.

Otras bebidas

El doctor Renaud, de origen bordelés, trabaja en un centro médico del Este de Francia, vecino a Nancy. Sus pacientes han sido examinados en el marco de consultás de naturaleza preventiva efectuadas por los servicios de la Seguridad Social. El resultado de su estudio ha sido publicado en el último número de revista Epidemiology y, en el plazo de unos pocos meses, ha de verse completado por otro que incluirá también los efectos de consumo de otro tipo de bebidas alcohólicas, ya sean de mayor graduación como el coñá o el whisky, ya sean de menor grado alcohólico, como es el caso de la cerveza.Las razones de este efecto benéfico del vino -"atención", dice Renaud, "los parámetros se invierten cuando se bebe demasiado"- son aún desconocidos. Pero una de las explicaciones manejadas están en el hecho de que el vino contenga un polyfenol llamado resveratrol, un producto químico que también se encuentra en las plantas medicinales con las que la ciencia médica tradicional de la China siempre ha intentado tratar el cáncer.

La encuesta precisa que sus resultados han sido obtenidos estudiando la salud de personas de todos los orígenes sociales y que "los efectos benéficos del vino son independientes del tabaquismo, la actividad física o el nivel de colesterol sanguíneo".

De entre las 34.000 personas "seguidas", el 82% de las que bebían había elegido el vino y sólo muy esporádicamente otro tipo de alcoholes, mientras que la casi totalidad del 18% restante de entre los bebedores era amante de la cerveza.

"Sería catastrófico que estos resultados se comprendiesen de manera errónea", advierte, no obstante, Renaud. "Pues de ellos no se deduce que haya que fomentar el consumo de vino porque es bueno para la salud. Sólo lo es dentro de la moderación", subraya el profesor.

El doctor explica que un consumo importante de vino puede favorecer otros tipos de cáncer, ya sea del hígado o de las vías aerodigestivas. "Sin contar la muertes violentas, los accidentes causados por el alcohol, claro".

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