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Las cárceles de Madrid son las únicas que no hacen pruebas para conocer el avance del sida

La asistencia sanitaria a los presos madrileños no pasa por sus mejores momentos. Los internos enfermos de sida, por ejemplo, reciben "bastante peor asistencia médica" contra el maligno virus que los contagiados que se hallan al otro lado de las rejas, según quejas de internos llegadas a este periódico y corroboradas en fuentes médicas penitenciarias. En la actualidad, no se les somete a las pruebas de carga viral (un complejo análisis de sangre que permite conocer el nivel de actividad y el avance del virus). El resto de las prisiones españolas si efectúan este análisis.

La prueba de carga viral, recomendada por las autoridades sanitarias españolas y norteamericanas, debe hacerse al menos cada trimestre. Sin embargo, en las cárceles de Madrid, a diferencia de las del resto de España, no se practica. Este periódico ha intentado, sin éxito obtener datos oficiales sobre la incidencia del sida en las prisiones de la región (que cobijan a unos 7.000 reclusos). No obstante, fuentes médicas cercanas a la población reclusa aseguran: "De cada 100 presos que acuden a la enfermería de las cárceles, un 80% tiene el virus Y me atrevo a decir que, en total, en torno al 30% de los internos ha desarrollado ya la enfermedad; de ahí la importancia de que se les haga esa prueba" señala un experto.

Otro parámetro

Un portavoz de Instituciones Penitenciarias admite que ciertamente no se está efectuando la carga viral a los internos con sida, aunque "sí la llamada CD4", que permite medir el nivel de defensas frente al virus. El CD4 es otro parámetro necesario para detectar la evolución de la enfermedad, pero no hay que olvidar que la eficacia del tratamiento está unida a la utilización de ambas pruebas, y no sólo de una, coinciden en señalar los especialistas consultados por EL PAÍS.Instituciones Penitenciarias afirma que está "en negociaciones con el Insalud" para que la carga viral comience a efectuarse a finales de este mes en el hospital Carlos III de Madrid. "Ya era hora, pues la negociación dura casi un año", aseguran fuentes penitenciarias.

Algunos presos, pese a estar entre rejas, sí son sometidos a la carga viral. Ello es debido a que, antes de ingresar en la prisión, pasaron por algún hospital público o privado y éstos le mantienen las citas para los análisis. En estos casos, la prisión les facilita el transporte.

A estas deficiencias sanitarias, que afectan a un colectivo privado de libertad, y, por tanto, sin posibilidad de ir por su propio pie a un hospital, se unen otras anomalías sanitarias derivadas del cierre, en diciembre pasado y "por motivos de seguridad", según fuentes penitenciarias, de las consultas externas de Carabanchel. Antes, los presos eran llevados a las consultas; ahora, son los especialistas médicos los que deben viajar a las enfermerías de las cárceles.

La orden de supresión de las consultas externas del hospital de Carabanchel (cerrado como tal hace tres años) se produjo sólo unos días después del intento de fuga de una consulta de un interno muy peligroso. El preso, que esperaba junto a otros en una sala de espera para entrar en la habitación del especialista, rompió las patas de una mesa y con ellas logró forzar unos barrotes. Fue sorprendido antes de alcanzar la calle. Testigo casual de esa frustrada evasión fue uno de los etarras que intentaron asesinar hace dos años al Rey en Palma de Mallorca, según fuentes sindicales. El mencionado portavoz de Instituciones Penitenciarias asegura que el cierre de las consultas externas "no tiene nada que ver con ese intento de fuga", sino que se debe "a una reorganización de la asistencia médica" penitenciaria (la idea es iniegrarlos en la red del Insalud). "La realidad es otra", explican fuentes conocedoras del problema sanitario que existe en las cárceles: "¿Cómo puede un especialista diagnosticar correctamente cuándo en las enfermerías carecen de los medios imprescindibles para ejercer su especialidad?".

Instituciones Penitenciarias niega que la supresión de las consultas de Carabanchel haya empeorado la asistencia a los internos: "En la enfermería de cualquier cárcel de Madrid hay mejores medios de los que había en las consultas externas y, además, si algún preso necesita cuidados especiales, se le lleva inmediatamente a un hospital público". "Hay matices", explican los citados medios: "Las enfermerías son muy nuevas, sí, pero carecen de medios. Para cualquier examen hay que llevar al interno a un hospital, con la consiguiente burocracia y pérdida de tiempo".

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