_
_
_
_
_

Se suicida un diputado japonés acusado de recibir sobornos de Nikko

Los escándalos de corrupción en Japón volvieron ayer al primer plano, con el suicidio de Shokei Arai, diputado del gubernamental Partido Liberal Democrático (PLD). Arai iba a ser detenido acusado de recibir favores y dinero de la sociedad de inversiones Nikko Securities. El escándalo no afectó a los mercados. La Bolsa de Tokio ganó un 0,02% y el yen se fortaleció frente al dólar. También la rupia indonesia, al conocerse que Suharto reconsiderará el proyecto de una paridad fija con el dólar de EE UU.

El arresto de Shokei Arai, de 50 años, pone de manifiesto que la corrupción ha traspasado las fronteras de las finanzas y alcanza de lleno a la clase política. Sin embargo, tras el suicidio del diputado, cuya inmunidad se debatía en un pleno legislativo cuando se conoció la noticia, habrá que esperar nuevos episodios para probarlo.Arai había declarado ser víctima de una conjura de la fiscalía que investiga su caso para involucrar a la clase política en la corrupción financiera. Arai apareció ahorcado en una habitación del piso 23 de un hotel de Tokio, donde se refugió con su esposa del acoso de la prensa. Estaba acusado de recibir al menos 29 millones de yenes (35 millones de pesetas) desde 1995 de la casa de valores y Bolsa Nikko Securities, a la que supuestamente presionó para que le canalizaran beneficios obtenidos con operaciones fuera de la ley a cambio de hacer la vista gorda.

La noche anterior, Arai había declarado en una rueda de prensa exculpatoria que es habitual entre los políticos mantener cuentas discrecionales para financiar sus actividades.

Las dudas que sembraron sus declaraciones no tuvieron eco en los mercados financieros. El índice Nikkei vivió una, sesión plana con un alza de 2,59 puntos, un 0,02%, hasta 16.616. Las bolsas de la zona siguieron la misma tendencia.

El yen incluso se fortaleció y cambiaba a 125,87 por dólar. Según los analistas, el billete verde ha entrado en "una fase de descanso" previa a la reunión de los siete países más ricos del mundo (el llamado G-7) el próximo fin de semana en Londres. Se espera que Japón reciba presiones para reducir su superávit comercial.

El superávit comercial de Japón en enero fue de 381.500 millones de yenes (465.430 millones de pesetas), frente a los 24.500 millones de yenes registrados en el mismo mes del año anterior. Se trata del décimo mes consecutivo de incremento y destaca la caída de los intercambios con los países asiáticos. En la reunión del G-7 también se prevé que el resto del grupo presione a Japón para que preste más ayuda a la región.

Alemania dió ayer ejemplo. Según anunció en Bangkok su ministro de Finanzas, Theo Waigel, Alemania prestará 150 millones de marcos (12.600 millones de pesetas) a Tailandia para financiar la compra de productos alemanes o proyectos en los que participen compañías germanas.

Las contraprestaciones ya se hacen notar. La oficina surcoreana de supervisión bancaria anunció que este año permitirá que cuatro bancos extranjeros (Morgan Guaranty Trust, Lehman Brothers, UBS y State Street Bank of Boston) abran sucursales en el país. Vietnam, por su parte, comunicó que modificará la ley de comercio para eliminar el proteccionismo.

La presión internacional ha hecho mella también en el presidente de Indonesia, el general Suharto. Según publicó ayer el diario Singapur Business Times, Suharto está reconsiderando su decisión de fijar la paridad de la moneda nacional, la rupia, al dólar estadounidense para solventar la crisis. Según el rotativo, Suharto comentó sus dudas sobre la medida a una delegación japonesa, que le expresó el rechazo multinacional al plan.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_