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El hambre es un arma de destrucción masiva

Según Bertolt Brecht, la comida es lo primero. La ética viene después". (...) Cómo asegurar las ayudas adecuadas que el mundo necesita mientras trinchamos generosas raciones para nosotros sigue siendo tan difícil como siempre en los noventa, que resulta que es, para quien lo recuerde, la década de la erradicación de la pobreza. Entre los grandes titulares aparecen artículos breves que continúan reflejando la miseria de millones de personas. Y parece a veces que cuanto más breve es el artículo, más son los millones. (...) Hemos visto en la televisión la aterradora situación de los supervivientes del terremoto en el norte de Afganistán. (...) Incluso el vecino Tayikistán se ha unido al esfuerzo de ayuda. (...) Y Tayikistán es uno de los 20 países más pobres del mundo. Todavía tiene que recuperarse de una guerra civil en la que murieron 50.000 personas y cientos de miles se convirtieron en refugiadas. (...) Mientras se decide qué se hace o no para ayudar a los supervivientes afganos, el alimento escasea para mucha más gente en Tanzania, entre los refugiados de Burundi y Zaire. Nadine Gordimer ha escrito sobre "los vergonzosos grilletes del pasado". (...) El nuevo siglo, dice, no va a ser nuevo del todo si sólo ofrecemos caridad mientras mantenemos el mismo. viejo sistema de los que tienen y los que no. Ésta es quizá una amenaza mayor que cualquier supuesta arma de destrucción masiva.16 de febrero

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