Sobre ruedas

La presión del dinero está sorprendiendo incluso a los especuladores, que se ven desbordados cada día cuando piensan que su retirada va a provocar el esperado recorte de los precios. A fuerza de utilizar la Bolsa como ejemplo de que todo va bien, se ha provocado un trasvase de fondos más o menos constante que, por ahora, garantiza el éxito del planteamiento inicial.Ayer se negociaron casi 126.000 millones de pesetas, un nivel que anima a seguir jugando, pero que levanta algunas suspicacias. Hay quien asegura que muchas operaciones se pagan al contado y que esto va a seguir así en tanto nos acerquemos a la transformación de las pesetas en euros.

La tendencia general de los mercados en Europa y Estados Unidos plantea una valoración particularmente positiva frente a los problemas del resto del mundo, anulando en buena parte los planteamientos suspicaces. Es un argumento más que suficiente para justificar los avances de estas bolsas y los problemas de las demás.

El mantenimiento de los tipos de interés oficiales en Estados Unidos y en Alemania demuestra, a su vez, que todo está encauzado y que, para satisfacción de los más liberales, no parece necesaria intervención alguna para que las economías sigan su rumbo. Esa situación es favorable a España, pues debe acoplarse a esos niveles de tipos de interés en un plazo relativamente corto, y esto es otro argumento a favor de la subida de las cotizaciones en este mercado.

La deuda, también con muchas oscilaciones, termina cada sesión con un ligero exceso de dinero, lo que mantiene su rentabilidad muy cerca de los mínimos históricos. Ayer tocó otra vez el 5,33%, mínimo conseguido hace tres días, y el diferencial con la deuda alemana se recortó una centésima, hasta los 0,24 puntos, mínimo de este año.

La Bolsa neoyorquina reaccionó con fuertes alzas a la noticia de que el desempleo, en el 4,7% de la población activa, no disminuyó durante enero. Al cierre de la sesión el índice Dow Jones registraba un avance de 72,24 puntos (0,89%) y quedaba en 8.189,49.